Los datos de octubre, en el inicio de la temporada, revelan una caída drástica en el volumen de mandarinas exportadas desde Castellón. En comparación con octubre de 2022, las exportaciones de mandarinas disminuyeron un 16,24%, alcanzando solo 20.994 toneladas. La situación empeora al compararla con el año 2017, cuando se exportaron 68.209 toneladas, más del triple de la cantidad actual.
El secretario general de la Unió Llauradora, Carles Peris, señala que el periodo crítico se extiende hasta enero, pero es "imposible recuperar terreno hasta el final de la temporada". La tendencia descendente representa un cambio significativo, ya que en seis años han pasado de la sobreproducción a un déficit, llevando a muchas empresas y cooperativas a concluir la recolección.
En contraste, las exportaciones de naranjas en octubre de 2023 fueron de 4.663,59 toneladas, un aumento del 22% en comparación con el año anterior. Aunque esta cifra es inferior a las mandarinas, se destaca la competencia con países como Sudáfrica, que genera solapamientos en las variedades tempranas.
La escasa producción de mandarinas ha llevado a un aumento de los precios en origen, rompiendo la tendencia de años anteriores en los que los agricultores apenas cubrían costos. Sin embargo, las cifras de facturación en las exportaciones indican una tendencia a la baja, pasando de 32,71 millones de euros en octubre de 2022 a 30,55 millones en el presente año.
La menor producción también ha impactado en la actividad laboral del sector, con cierres de cooperativas y comercializadores. A nivel general, las exportaciones totales de Castellón muestran una fuerte caída del 22,87% en septiembre en comparación con el mismo periodo del año anterior, afectando a productos como la cerámica, mientras que las frutas muestran un aumento del 7,9% y los productos químicos experimentan un notable incremento del 128%.
Fuente: elperiodicomediterraneo.com