En Bulgaria, se ha informado de que los hongos locales, como los champiñones blancos, están afectados por gusanos y son de mala calidad. Por lo tanto, las empresas búlgaras están favoreciendo cada vez más las importaciones desde Rumanía, según declara Julian Kolev, presidente de la Asociación de Procesadores de Hongos y Frutos del Bosque.
Bulgaria cuenta con 12 especies comerciales de hongos y más de 200 variedades crecen en sus bosques. A pesar del clima favorable y las recientes lluvias, los productores reconocen que hay escasez debido a la falta de recolectores. Los pueblos, especialmente en regiones montañosas como las montañas Ródope y el macizo de los Balcanes, sufren despoblación, lo que se traduce en una fuerza laboral menguante. Dado que cada año buscan empleo estable menos entusiastas de los hongos, el rendimiento semanal fluctúa, por lo que la perspectiva para la temporada es prudente, declara Kolev.
Fuente: omvesti.ru