Empieza la temporada de setas de primavera. Senderillas (Marasmius oreades), perrechicos (Calocybe gambosa), colmenillas (Morchella), gurumelos (Amanita ponderosa), marzuelos (Hygrophorus marzuolus) o boletus (Boletus edulis) frescos volverán a estar disponibles, en una campaña que comenzó a mediados de marzo y que llegará hasta finales da mayo/junio.
"La recolección está yendo bien, como la de perrechicos, una seta muy valorada en el norte de España, o la de marzuelos, que estamos teniendo desde hace varias semanas; ya se han visto las primeras senderillas y vamos a arrancar con el boletus de manera inminente. De hecho, ya estamos recibiendo los primeros de Sudáfrica", explica Isaac Petràs, de Bolets Petràs.
"En cuanto a las colmenillas, hay que tener en cuenta que la seta silvestre va de la mano de la lluvia y de un clima que debe de ser el adecuado. Este año estábamos frente a una primavera perfecta que nos hacía pensar que la producción de colmenilla iba a ser histórica, pero en España hace solo unos días hemos llegado a los 25 ºC a 1.500 m de altura, y el calor se ha llevado por delante la producción. La hifa de la seta es muy delicada y cuando tiene la humedad y la temperatura correctas vuelve a eclosionar, de manera que la producción se recuperará en las próximas semanas".
"En cuanto a la demanda, vemos que es cada vez mayor. Estamos en un país en el que la gastronomía es muy importante y, de hecho, un puntal para el turismo, y se vende cada vez más el producto fresco, al igual que las setas congeladas y secas, que dedicamos a la exportación", señala Isaac. "Al respecto, nuestras nuevas instalaciones de congelación van viento en popa y estamos aumentando la producción con nuevas mezclas".
Sin embargo, esta demanda creciente está acompañada de un cambio en la tendencia a nivel productivo. "La producción de setas silvestres se ha vuelto expectante con el cambio climático. Hay cada vez más irregularidad por parte de la naturaleza y especies vinculadas a una época concreta de producción han empezado a tener un comportamiento volátil".
"Ya hace unos 7-8 años que notamos que la producción está variando. Históricamente la temporada de otoño arrancaba entre finales de agosto y principios de septiembre, y se prolongaba por los países del este de Europa hasta España, hasta la segunda/tercera semana de diciembre, pero con el cambio climático, el Cantharellus lutescens o angula de monte se ha alargado este año hasta la primera semana de marzo".
"Con respecto a esta seta, la angula de monte, recuerdo que hace tres años en septiembre no tuvimos en España y la estuvimos bajando desde Suecia; es decir, en Escandinavia estaban teniendo el mismo clima que debíamos tener nosotros. Y eso lo estamos viendo cada vez más a menudo: vamos consiguiendo producto, pero muchas veces de donde no se tenía previsto".
"Incluso se está notando esta tendencia en las setas de cultivo, porque aunque están sometidas a temperaturas y humedades controladas, los cambios atmosféricos también les afectan, cortando, variando o frenando la producción".
Esto no significa que vaya a dejar de haber setas, "porque de igual manera puede haber más setas que nunca en nuevas áreas. El cambio climático aporta un tablero de juego más amplio e irregular que nunca para el sector de las setas silvestres, y la naturaleza es la que determinará constantemente dónde tendremos que jugar".
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