Maersk y la Universidad de Chile, en colaboración con la exportadora Geofrut, han publicado un estudio que promete implicaciones significativas para la exportación de cerezas chilenas, en particular hacia mercados emergentes como India, Europa y el sudeste asiático.
La campaña de cerezas 2023-2024 ha llegado a su fin, y según informa el Comité de Cereza de Frutas de Chile, este año se exportaron más de 400.000 toneladas de este cultivo. Esta cifra sorprendió a los exportadores, considerando las adversidades meteorológicas experimentadas en 2023, incluyendo temperaturas más cálidas durante el invierno e intensas lluvias antes de la cosecha. A pesar de estos desafíos, se logró igualar la cifra del año pasado, con un total de 83 millones de cajas exportadas.
Desafíos en la expansión hacia Asia
Las cerezas se han convertido en la "niña bonita" de las exportaciones chilenas por su alta demanda en el mercado asiáticos. Aunque todavía Chile no es un país monoproductor, cada día aumentan los terrenos que se dedican a cultivar esta fruta. El desafío de mantener y aumentar la exportación de cerezas ha hecho que los exportadores empiecen a considerar la diversificación de mercados para este producto.
Chile está fijando su mirada en Asia debido al desarrollo económico en la región. Iván Marambio, presidente de Frutas Chile, hizo un análisis para la Revista del Campo de El Mercurio, donde mencionó que "India es una de las economías más atractivas, no solo por tener el más rápido crecimiento y porque se espera que para 2027 se convierta en la tercera economía del orbe, sino que también cuenta con más de 1.400 millones de consumidores, con creciente poder adquisitivo".
Sin embargo, la falta de volumen de otras cargas para un viaje directo a destinos como India presenta un desafío logístico. La distribución interna en India y la falta de interés en invertir en estudios por parte de las empresas locales también añaden complejidad al proceso de comercialización.
A medida que se observa un incremento en el aumento de exportadores de la fruta de países geográficamente más cercanos a China, surge un desafío para el mercado chileno, ya que estos pueden ser más atractivos con costos de transporte más competitivos. Países como Nueva Zelanda, Australia, Perú y Sudáfrica están emergiendo en el mercado de cerezas, lo que resalta la importancia de la post cosecha y la atención a la calidad en la cadena de suministro.
Con el propósito de impulsar las exportaciones de nuestros clientes mediante nuevas tecnologías, Maersk, en colaboración con la Universidad de Chile, ha llevado a cabo un estudio detallado para el uso de atmósfera controlada en el transporte de cerezas. Con este estudio, Maersk busca opciones para mejorar la técnica de transporte, entregando a los clientes posibilidades certeras de llegar con las cerezas en el mejor tiempo y con excelente calidad, y así permitir abrir nuevos mercados para las cerezas chilenas, que hoy en día se enfrentan a un solo gran comprador, para un único evento anual: China y su Año Nuevo.
Atmósfera controlada como clave del éxito para la exportación de cerezas
La atmósfera controlada ha emergido como una herramienta crucial en el ámbito agrícola, revolucionando la forma en que se almacenan y transportan los productos perecederos. Este método implica la regulación precisa de factores como la concentración de oxígeno, dióxido de carbono, nitrógeno, temperatura y humedad en un almacén, con el objetivo de prolongar la vida útil y preservar la calidad de los productos.
Detalle del estudio
El estudio que se presenta ha sido llevado a cabo bajo la supervisión activa del Centro de Estudios Postcosecha de la Universidad de Chile y ha sido coordinado por Daniel Guerrero, especialista en cadena de frío de Maersk. En este proyecto, se ha explorado la aplicación de la atmósfera controlada en el transporte de cerezas, con el objetivo de evaluar su impacto en la prolongación del tiempo de transporte marítimo de los contenedores, sin comprometer la calidad de la fruta.
Para más información: maersk.com