Para la campaña de 2024, se calcula que habrá una reducción de la superficie dedicada a los tomates de industria en Foggia, una provincia del sur de Italia que ostenta el récord nacional de hectáreas cultivadas (unas 17.000).
El descenso de la superficie se atribuye a la creciente crisis del agua. "En toda la zona conocida como Capitanata se prevé un descenso del 30% de las hectáreas este año", informa Marco Nicastro, presidente de la cooperativa Mediterraneo S.p.A. "Si antes cada agricultor disponía de 6.000 metros cúbicos de agua por hectárea de tomates, ahora solo tendrá acceso a 1.400 metros cúbicos. Nuestra cooperativa pasará de 600 hectáreas cultivadas el año pasado a unas 400 este año, repartidas a partes iguales entre variedades de tomate largo y redondo".
Así pues, la sequía está obligando a los agricultores de la región de Apulia a revisar la planificación de los cultivos.
Marco Nicastro con plantas de tomate en Apricena, provincia de Foggia.
"La solución para regar el campo de Apulia, sin embargo, existe: hay un ambicioso proyecto que debería llevar agua de Molise a Apulia, mediante la construcción de una tubería de 10 kilómetros", prosigue Nicastro. "La emergencia hídrica no es nueva, sino un problema grave y frecuente que frena el desarrollo de la economía local".
"Las cotizaciones para 2023 han fluctuado entre 0,18 y 0,20 €/kg. La esperanza para la próxima temporada es que al menos podamos partir de cifras similares".