"Ha sido un año difícil para el comercio en África, donde nunca arrancamos con los precios que esperábamos", dice Renier Grobbelaar, director de compras de Freshgold. "Y Europa ha sido una decepción para las primeras BC, Packham's y Pink Lady. Oriente nos ha ayudado, pero Sudáfrica tiene problemas con la calidad a la llegada".
A la derecha: la nueva caja dorada de Freshgold para el mercado chino, con manzanas Fuji de Villiersdorp.
Nunca se había dado una incidencia tan alta de lenticelas y huesos amargos en todas las regiones productoras de manzanas del Cabo Occidental y Langkloof (que se extiende hasta el Cabo Oriental), afirma, y postulan que se debe a las inundaciones de la última temporada de cultivo, que podrían haber provocado la lixiviación de grandes cantidades de fertilizante de la zona radicular.
"Hace un mes estuve en Oriente y vi que la impresión del mercado es que Sudáfrica está teniendo un año difícil en materia de calidad. No es bueno para la marca Sudáfrica", lamenta Grobbelaar, pero señala que, en el caso de las manzanas almacenadas en las cámaras de atmósfera controlada, esos problemas de calidad se ponen de manifiesto antes de ser envasadas, por lo que espera garantizar que las llegadas sean en adelante de menor riesgo.
Señala que al principio esperaban un buen año para las peras sudafricanas en un mercado europeo vacío, pero ha sido todo lo contrario: con esta previsión, se enviaron demasiadas peras y de tamaño demasiado pequeño durante la primera parte de la temporada y ahora las ventas son exiguas.
Cornelius de Villiers y Renier Grobbelaar, de Freshgold, con su fruta en Malasia.
"De vez en cuando te puede tocar el gordo en Europa cuando el mercado está vacío, pero nunca te irá tan bien como cuando el mercado de Oriente está vacío. Europa tiene suficientes alternativas para abastecerse de peras, por eso tenemos que seguir centrándonos en Oriente. Ahí es donde están las oportunidades".
Los costes de importación de la fruta africana siguen aumentando a pesar del acuerdo de libre comercio
África representa el 35% del comercio de manzanas de Freshgold; todo gran exportador sudafricano de manzanas necesita esa división para su negocio, ya que las manzanas Golden Delicious constituyen una cuota muy importante de la cosecha sudafricana.
A la derecha: las manzanas de Freshgold en Nigeria.
Sin embargo, las exportaciones sudafricanas de manzanas al resto del continente son inferiores en comparación con el año anterior: 3,8 millones de cajas de 12,5 kg han salido esta temporada, frente a los 4,4 millones del año pasado por estas fechas. Rusia es una buena alternativa para las Golden, lo que explica parte –pero no toda– de la reducción de la actividad comercial con África.
"La diferencia se debe sobre todo a que las manzanas que antes iban a parar a los compradores africanos, variedades como Golden y Top Red, ahora encuentran otros destinos por el riesgo de demora en los pagos o de no recibirlos".
Alan Vorster dirige la sección africana de Freshgold y es testigo de la lucha a la que se enfrentan sus compradores. "Los costes de importación son disparatados y en países como Ghana y Nigeria algunos importadores tienen dificultades para hacer frente al debilitamiento de sus monedas. Ya se quejaban de los precios hace 18 meses, ¡y luego su moneda se debilita un 50% más! ¿Cómo se lo van a poder permitir?".
Dentro del continente, los aranceles a la importación de fruta sudafricana son muy elevados, entre el 25% y el 30%, mientras que el Tratado de Libre Comercio Continental Africano es solo papel mojado. Vorster hizo un sondeo rápido entre algunos de sus grandes compradores en Nigeria, Ghana, Camerún y Senegal, y ninguno de ellos ha notado alivio alguno en los elevados aranceles de importación.
Derecha: un mercado de productos frescos en Senegal.
Al contrario, algunos indicaron que los costes de importación por contenedor frigorífico de 40 pies incluso han aumentado, algunos hasta 8.500 euros por contenedor.
"Imagínate, si se eliminaran los aranceles, cuántos africanos más tendrían acceso a una manzana o una pera", apunta Grobbelaar. La reducción constante de los aranceles no se traducirá necesariamente en una mayor rentabilidad inmediata para el agricultor sudafricano, observa, ni, evidentemente, que una manzana o una pera importadas le resulten menos caras al consumidor.
"No cabe duda de que venderemos más manzanas a África, lo que mejorará nuestros beneficios, y las importaciones llegarán a precios más asequibles, lo cual aumentará las ventas. Encontraremos el punto medio en el que se encuentren la oferta y la demanda".
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