En un mercado tan tradicional como el de la cebolla, ha habido un producto que ha crecido fuertemente en los últimos años revolucionando el consumo, y ha sido la cebolla dulce.
"La cebolla dulce comenzó siendo un experimento comercial hace ahora 20 años, en torno al 2005, cuando se hicieron pequeñas importaciones de prueba desde Perú. Al proceder del mundo de la semilla de cebollas, conocía la cebolla dulce y, de hecho, enviaba semillas desde España a Perú, donde se cultivaba para el mercado de Estados Unidos. Durante años me pregunté cómo en un país que es un gran consumidor de cebollas frescas como España no teníamos una cebolla con esa calidad gustativa, así que decidí traerla de mis propios clientes de semillas peruanos", explica David Casanoves, gerente de Yummy Fresh.
"Al principio, como importadores y distribuidores, empezamos a trabajarla con suministradores de mercados y poco a poco fueron sumándose los supermercados. Quizás uno de los mayores impulsos fue cuando la mayor cadena de supermercados de España la introdujo en su oferta, y hoy en día el consumidor puede encontrar la opción de la cebolla dulce en la mayoría de los sitios donde vaya a comprar cebollas".
David Casanoves junto a su padre Lorenzo en Vidalia, EE. UU. en 2006.
"La cebolla dulce ha sido el gran dinamizador del mercado de la cebolla en los últimos 20 años"
Yummy Fresh, con sede en Valencia, trabaja con la cebolla dulce con el foco en el periodo de contraestación. La empresa nació de la innovación en la tecnología de la semilla de cebolla, con el objetivo de trasladarla al campo para llevársela al consumidor, indica David, "porque desde todos los eslabones de la cadena debemos de escuchar a quien es el cliente final del producto: el consumidor".
"La cebolla dulce era un producto que encajaba muy bien en nuestra gastronomía, en la que el uso de cebolla fresca es muy habitual, por lo que era muy fácil ver que un producto que no picaba, que se podía usar cómodamente en ensaladas, aliños, etc., iba a tener éxito; y así fue, teniendo una acogida tremenda y convirtiéndose en un gran dinamizador del mercado de la cebolla. Hoy en día, de hecho, llega a representar hasta un 20% de la oferta de cebollas en los mercados y supermercados".
"Este es un ejemplo de cómo un producto nuevo puede desarrollarse en un mercado desde cero, aunque da cierta pena que teniendo aquí las mejores tierras para cultivar y las semillas disponibles para haber empezado a producir cebolla dulce, tuviera que venir por primera de vez desde Perú".
El país, un gran exportador de cebollas a Estados Unidos, desde el cual las empresas norteamericanas de cebolla dulce se abastecían en contraestación, aumentó drásticamente las exportaciones a España pasando de las 154 toneladas que el Ministerio de Comercio registraba en el 2005 a rozar las 40.000 toneladas en 2020, a medida que el consumo se expandía. "Hay que recordar que, en España, su temporada se da entre mayo y junio, por lo que desde septiembre a marzo se trabaja el producto de importación", comparte David.
"En España y en todo el arco mediterráneo en general, tenemos la ventaja de poder cultivar esta tipología de cebolla de día corto frente a otros países europeos que deben importarla íntegramente, y nuestro clima hace que el consumo también sea mayor: para hacerse una idea de la diferencia, una de las grandes cadenas de supermercados de Inglaterra hace solo pocos años importaba entre 2 y 3 contenedores de cebollas dulces desde Perú a la semana, mientras en España cualquier distribuidor puede estar moviendo entre 3 y 4 camiones semanales".
"Desafortunadamente, en estos momentos el mercado está saturado"
Este auge en el consumo de cebolla dulce, junto con los buenos precios que la cebolla ha registrado coyunturalmente en las últimas temporadas, ha hecho que en los últimos meses la oferta de cebolla en España haya aumentado hasta el punto de poner bajo presión los precios en origen, que muestran una gran diferencia respecto a las mismas fechas de los años anteriores.
Y es que, atendiendo a los precios medios nacionales que comparte semanalmente el Ministerio de Agricultura, en la pasada semana 25 –con fechas correspondientes a finales de junio– la cebolla marcaba una cotización media de 18,79 céntimos por kilo, mientras la misma semana de 2023 esa cifra se elevaba a 46,80 céntimos. De hecho, habría que remontarse en los boletines del MAPA hasta marzo de 2022 para recordar niveles por debajo de los 20 céntimos por kilo.
"Los precios de los 2 años anteriores han sido los que han hecho que mucha gente se haya animado a plantar cebollas, y han provocado que se haya saturado el mercado afectando a todos los tipos de cebolla; desafortunadamente, incluso a la dulce".
"Hoy en día la información está al alcance de la mano de todos, y se debería tener en cuenta para evitar momentos como este en el que todos salimos perdiendo, pero sobre todo, los que somos especialistas".
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