Cuando Kuifkop Boerdery empezó a cultivar pitahaya en Nelspruit (Mpumalanga), esperaba que atrajera a los aficionados a los smoothies en busca de ingredientes dignos de Instagram. Pero diez años después, la diversidad de consumidores de esta fruta ha resultado una agradable sorpresa.
"Cuando pasas un día en el mercado de fruta fresca de Johannesburgo y observas quién compra pitahaya, te das cuenta de que la mayoría son comerciantes independientes, a menudo de comunidades chinas o taiwanesas", comenta Fred Steyn, accionista de Kuifkop Boerdery. "Y lo interesante es que en el mercado de Pretoria se ve un grupo de compradores totalmente distinto, entre ellos clientes procedentes de la provincia de Limpopo que llevan la pitahaya a las tiendas de Polokwane".
Steyn, que preside la Asociación de Productores de Pitahaya de África Austral, afirma que el creciente atractivo de esta fruta entre los sudafricanos se debe a unos precios más asequibles y a una calidad más fiable. Aun así, calcula que, como mucho, una quinta parte de los sudafricanos ha oído hablar de este cactus tropical, pero quienes lo compran por primera vez vuelven cada vez más a por más.
"Los precios se han ajustado, lo que ha abierto la pitahaya a mucha más gente. En mi opinión, ha sido una evolución necesaria para que la pitahaya pueda cultivarse a gran escala".
En algunas parcelas se prueban mallas de protección contra el sol y el granizo.
Crecimiento interanual del 25%
En Sudáfrica hay ocho cultivadores comerciales de pitahaya con, según el último recuento, 120 hectáreas (de las cuales aproximadamente la mitad son plantaciones de pequeños productores o cultivadores a tiempo parcial). El mercado nacional no podría absorber mucho más que eso, apunta Steyn.
"Si analizamos los volúmenes que hemos colocado en el mercado local en los últimos cinco años, vemos un crecimiento interanual del 25%. En los dos últimos años, los minoristas locales también han empezado a aceptar mayores volúmenes. Hay un buen mercado para la venta a granel".
Este año, el cultivo de pitahaya floreció con seis semanas de retraso; mientras que a veces puede empezar a finales de diciembre, el cultivo de 2024 no estuvo listo para la recolección hasta febrero, pero mereció la pena esperar a que la pitahaya tuviera buen tamaño y gran calidad.
Exportar la mitad de la cosecha
La mitad de la pitahaya de Kuifkop se exporta, principalmente a Europa y el Reino Unido, y una pequeña parte a Oriente Próximo, todo por vía aérea. La temporada de exportación termina en junio.
"Una buena parte se destina a la venta al por menor en el Reino Unido, donde buscan fruta más pequeña, mientras que nosotros nos dedicamos más a la venta al por mayor en Europa. Alrededor de la mitad de nuestra fruta de exportación se comercializa bajo la marca Kuifkop".
En Sudáfrica, la pitahaya no lleva ningún producto químico fitosanitario y, como la fruta de exportación de Kuifkop no debe contener residuos, se cultiva en gran medida de forma ecológica.
En los campos de pitahaya de Kuifkop se utilizan patos para controlar las plagas, lo que reduce el uso de pesticidas.
Steyn señala que uno de los mayores retos del cultivo de pitahaya es el nivel de implicación necesario en el proceso de comercialización. "No se puede entregar la fruta a un receptor o a un transformador y dejarles hacer. Hay que estudiar el desarrollo de los mercados y las variedades que se adaptarían a ellos. Por eso no nos expandimos con más de dos hectáreas cada vez, cuidadosamente seleccionadas en función del crecimiento del segmento de mercado y las variedades".
Para más información:
Fred Steyn
Kuifkop Boerdery
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