La congestión mundial de los puertos de contenedores se ha aproximado a los 9 millones de TEU aproximadamente, acercándose al pico de 9,6 millones de TEU experimentado durante la pandemia de COVID-19. La crisis del mar Rojo ha obligado a los portacontenedores a navegar por el cabo de Buena Esperanza, lo que ha aumentado la demanda de TEU-milla en un 12% aproximadamente. Según Trevor Crowe, analista de Clarksons, "hasta ahora ha sido un año mejor de lo esperado para los volúmenes comerciales, lo que ha contribuido a impulsar los mercados hasta niveles excepcionales una vez más". El aumento de la congestión se atribuye a los efectos combinados de la infraestructura portuaria y los retos logísticos debidos al desvío de buques y a un sólido crecimiento de los volúmenes comerciales mundiales, que han crecido un 8% interanual de enero a abril.
La previsión de una disponibilidad limitada de buques y equipos durante la temporada alta del tercer trimestre llevó a los cargadores a adelantar sus actividades de exportación a mayo y junio, precipitando así el inicio anticipado de la temporada alta. Esto, junto con la reprogramación de los servicios de las compañías navieras, ha provocado cuellos de botella en el desplazamiento de los equipos. Los datos de Clarksons indican un aumento del porcentaje de buques-caja parados en puerto del 27,5% a finales de febrero al 31% a finales de junio. A pesar de estar por debajo del pico de la era COVID del 37%, la dinámica de los patrones de servicio de línea regular ha evolucionado, con desvíos a distancias más largas que afectan a la proporción estándar de tiempo/capacidad gastada en puerto, a pesar de un aumento del 19% en la capacidad total de la flota de portacontenedores desde principios de 2022.
Fuente: container-news.com