Por primera vez, Grecia ha confirmado la aparición de la mosca oriental de la fruta, Bactrocera dorsalis, clasificada entre las veinte plagas prioritarias de la Unión Europea. El hallazgo se realizó en una trampa en la periferia del Ática. Este díptero, que afecta a unos cuatrocientos tipos de frutas y verduras, ya se ha identificado en diversas regiones, incluyendo Asia, África, Oceanía y Estados Unidos, y en Europa fue detectado primero en Italia (2018), luego en Francia (2019) y más recientemente en Bélgica (2023).
Las autoridades griegas han iniciado prospecciones cerca del punto de detección para evaluar la presencia de B. dorsalis en el área, instalando trampas adicionales e impulsando una campaña de divulgación dirigida a operadores profesionales y ciudadanos. La dispersión de este insecto se facilita principalmente por el transporte de frutas, donde puede ser trasladado como huevo o larva dentro del fruto, e incluso como ninfa a través del suelo. Además, tiene la capacidad de desplazarse naturalmente entre 50 y 100 km.
La mosca oriental de la fruta ataca una amplia gama de cultivos, incluidos cítricos, melocotones, ciruelas, peras, manzanas, tomates, pimientos, plátanos, mangos y papaya. Los síntomas de infestación son similares a los causados por la mosca del Mediterráneo, Ceratitis capitata, los frutos infectados muestran decoloración y, posteriormente, pudrición o agujeros por donde emergen las larvas. A diferencia de C. capitata, B. dorsalis posee un ciclo de vida que se ralentiza con temperaturas bajas, deteniéndose por debajo de los 13 °C.
En Europa, las detecciones de B. dorsalis suelen ser de individuos aislados en zonas urbanas, relacionadas con centros logísticos. Sin embargo, casos como los de Var en Francia y Campania en Italia indican la posibilidad de establecimiento de la plaga, lo cual ha llevado a las autoridades a tomar medidas para contener su expansión. Carlos M.ª Lozano, del Centro de Sanidad y Certificación Vegetal de Aragón, destacó en AgroMurcia la amenaza que representa B. dorsalis para los frutales de hueso en la cuenca mediterránea, subrayando su amplio rango de difusión y capacidad de ataque a estos cultivos.
Fuente: phytoma.com