En la compleja estrategia de marketing de grandes cadenas de supermercados como Mercadona y Lidl, la ubicación de los productos juega un papel esencial, lejos de ser aleatoria. Una táctica destacada es la colocación de la fruta justo al inicio del recorrido de los clientes en el establecimiento, una decisión que va más allá de lo visual y tiene profundas implicaciones psicológicas y logísticas.
Esta estrategia, según revelaciones de la agencia Niwson Neuromarketing, se basa en la teoría de la "primera impresión". La presencia de estos productos transmite frescura y calidad, crea una atmósfera positiva que influye en la percepción general del cliente sobre la tienda. Este entorno no solo es agradable a la vista y al olfato, sino que también predispone al consumidor a ver el supermercado como un proveedor de productos frescos y de alta calidad.
Desde el punto de vista de la psicología del consumidor, esta disposición fomenta una compra más consciente y deliberada. Según los estudios, los consumidores hacen compras más conscientes y deliberadas cuando son expuestos desde el principio a opciones saludables. Además, situar la fruta al principio del recorrido atrae a los clientes hacia áreas más profundas de la tienda, lo cual aumenta la posibilidad de que descubran y adquieran productos que no estaban en su lista de la compra inicial.
En términos logísticos, esta colocación estratégica también responde a la necesidad de mantener los productos frescos en un lugar visible y accesible, reforzando la imagen del supermercado como un destino de confianza para la compra de productos de alta calidad. Así, la estrategia de ubicación de la fruta al inicio del supermercado se revela como una táctica bien pensada, diseñada para mejorar la experiencia del cliente, optimizar el flujo de visitantes y potenciar las ventas.
Fuente: ondacero.es