La comunidad de Castilla y León, que representa el 40% de la producción nacional de patata, ha comenzado la recolección de la patata temprana, particularmente de la variedad Colomba, con un ligero retraso de cinco o seis días respecto a años anteriores debido a un aplazamiento de las siembras ocasionado por las lluvias y bajas temperaturas de la primavera.
"En general, estas primeras patatas tienen buena calidad y buena sanidad", según destacan. No obstante, parece los rendimientos serán un 15-20% inferiores en comparación con campañas previas, según prevé el agricultor Santiago Domínguez. Este descenso se observa especialmente en variedades tempranas como Corina y Colomba, aunque se viene de una temporada de superproducción, señala Eva Castro, de Patatas Meléndez.
La demanda de patata en el mercado es alta, pero el ciclo vegetativo de muchas patatas aún no se ha completado. "Por mucho que queramos correr, las patatas no tienen los calibres adecuados", explica Domínguez. "Esperemos que los precios este año estén medio bien para el agricultor y que haya garantía de que hay una buena rentabilidad", añade.
El cultivo de patata ha demostrado ser rentable en las últimas campañas, lo que se refleja en un incremento del 2% en la superficie cultivada en 2024, que ha alcanzado las 17.290 hectáreas. A pesar de los desafíos en rendimientos, los primeros arranques han mostrado calibres normales y una buena calidad sanitaria, sin grandes afectaciones por enfermedades como el mildiu, a pesar de las lluvias y heladas.
En Castilla y León se está diversificando la gama de variedades de patata ante la escasez de semillas. Estas nuevas variedades, aunque ya se ha trabajado con ellas en el sur de España, son nuevas en el campo castellanoleonés y habrá que analizar qué resultados dan.
Fuente: revistacampo.es