El Comité Nacional francés de Agricultura Ecológica (CNAB), órgano del INAO (Instituto Nacional del Origen y la Calidad), ha concedido un nuevo plazo para los invernaderos ecológicos con calefacción. Inicialmente, los productores tenían hasta 2025 para hacer el cambio de los combustibles fósiles a las energías renovables. Ahora, la fecha límite es 2030; un aplazamiento injustificado dado el número de productores afectados, según la FNAB (Federación Nacional de Agricultura Ecológica), que pide un seguimiento anual de las medidas aplicadas.
Este plazo solo se aplica a los antiguos invernaderos con calefacción certificados como ecológicos antes del 1 de enero de 2020. Para todos los invernaderos calefactados nuevos, la obligación de utilizar energías renovables ya está en vigor desde hace cinco años.
"Este aplazamiento solo afecta a una treintena de productores"
Para la FNAB, este aplazamiento estaría injustificado en cuanto al número de productores afectados, ya que según sus estimaciones, "solo afecta a una treintena de productores de los 14.000 productores de hortalizas ecológicas que hay en Francia (la gran mayoría horticultores) que no calientan sus invernaderos", y lamenta que los últimos cinco años no hayan sido "aprovechados al máximo por los operadores para abandonar las energías fósiles". Por ello, la FNAB ha presentado una moción en la que pide que se revisen anualmente las medidas adoptadas para que los cultivadores de invernaderos se pasen a las energías renovables.
"La calefacción de los invernaderos es incompatible con los principios ecológicos
Energía renovable o no, para la FNAB la calefacción de los invernaderos sigue siendo "incompatible con los principios de la agricultura ecológica, ya que no respeta la estacionalidad de la producción ni protege el clima". La FNAB considera que la agricultura ecológica "tiene el deber de dar ejemplo en cuanto a los cambios que requiere nuestro sistema agrario y alimentario", y afirma que seguirá "defendiendo estos principios ante los consumidores, el INAO y las autoridades europeas, para que estas prácticas acaben abandonándose".
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