La patata española continúa pagándose a precios de récord en estos momentos a tenor de la escasez de oferta, a consecuencia de un final precipitado de la campaña de patata temprana en Andalucía y a la falta de patata de conservación en las cámaras desde mayo. Se espera, no obstante, que tanto la oferta como los precios empiecen a estabilizarse en las próximas semanas.
"Llevamos semanas con un hueco importante de producción de patatas, ya que la temporada de patata nueva de Sevilla terminó antes de lo esperado, con un 30% menos de producción debido al impacto de las lluvias. Los calibres fueron generalmente bajos pero la calidad muy buena", cuenta Alfonso Sáenz de Cámara, gerente de Udapa.
"Cabe recordar que desde el mes de mayo ha faltado patata de conservación en Europa, lo cual ha llevado a que se importe más patata española de lo habitual. Las fuertes ventas de exportación y un mercado vacío con precios al alza han propiciado que muchos agricultores hayan forzado la recolección prematura de las plantaciones más tempranas de patata en Castilla y León", explica Saénz de Cámara.
"En estos momentos los precios de la patata española aún son desorbitados, pero se espera que a partir de la semana que viene empiece a regularse el mercado cuando comiencen a llegar volúmenes más altos desde Castilla y León", avanza el productor y comercializador. "Además, coincidirá con el inicio de la cosecha francesa, que empezará a cerrar la demanda de importación de patata española desde otros países de Europa".
"La verdad es que ha estado siendo muy complicado adquirir patatas en el campo para aquellas empresas que lavamos, manipulamos y envasamos, con márgenes a veces negativos. Prevemos que pronto se ajustarán los precios, una vez equilibrada la oferta y la demanda, y que seguirán cubriendo con creces los costes de producción", concluye.
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