En los lineales europeos, la presencia de uvas italianas sin semillas ha aumentado con respecto a hace unos años. Esto también lo notan los operadores españoles, que ahora consideran a Italia un competidor a tener en cuenta, gracias también a la excelente e histórica calidad de la producción y a la atractiva presentación de los productos, una garantía para los compradores.
"Ha habido un claro cambio de tendencia en los últimos 4-5 años gracias a la reconversión varietal", explica Donato Fanelli, de la Comisión Italiana de Uva de Mesa (CUT). "Italia, primer productor y exportador europeo de uva, empieza a ocupar también una posición dominante en el abastecimiento de uva sin semillas. Se trata de una tendencia fisiológica, ya que cada vez hay más vides apirenas en producción. En Italia, la superficie de viñedos es significativamente mayor que en España (casi el triple), pero hasta ahora la gran mayoría de las hectáreas cultivadas correspondían a cultivares tradicionales.
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La profesionalidad que siempre ha caracterizado a los agricultores italianos, con elevados niveles de calidad en los cultivares con semilla, se está extendiendo ahora a las distintas variedades apirenas. "Desde hace más de un siglo, no solo sabemos producir uva, sino también añadirle valor mediante un esmerado envasado", explica Fanelli. Mientras que en España el 80% de la mercancía se envasa en tarrinas, nuestro punto fuerte reside en la heterogeneidad del procesado, como producto suelto en bandejas de madera y cartón. Para contribuir a organizar mejor la cadena de suministro, en CUT estamos creando el registro de variedades, teniendo en cuenta todas las realidades productivas de Apulia, Sicilia y Basilicata. La intención es que también se controle el desarrollo de nuevas uvas, para gestionar mejor los volúmenes puestos en los mercados y las superficies de las variedades sin semilla plantadas, que se diferencian en tempranas, de medias-tardías y tardías".
Así pues, España sigue siendo un competidor interesante, pero también se vigila de cerca a Grecia, tercer productor europeo. "El calendario de producción español suele adelantarse unos 15 días respecto al italiano, pero se teme un posible solapamiento de la cosecha y posibles dificultades en caso de campañas poco entusiastas. En un momento de contracción del consumo de frutas y hortalizas, muy a menudo nuestro país se encuentra en una posición de desventaja, ya que los precios aplicados por los operadores extranjeros son siempre más competitivos que los italianos, gracias a las mayores economías de escala existentes y a la eficaz gestión de la cadena de distribución, con una concentración de la oferta regida por muy pocas entidades comerciales. En Italia, seguimos asistiendo a una fragmentación desordenada de la oferta y a la dificultad de la agregación, en detrimento de la política de precios y del mejor resultado de la cosecha".
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