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La octava tormenta de pedrisco del año en Lleida castiga a la fruta en el Segriá y Las Garrigas

“El pedrisco ha llegado cuando quedaba un 20-30% de la fruta de hueso por recoger y se empezaba con la fruta de pepita”

La tormenta de granizo del pasado 13 de agosto en Lleida afectó a su paso a lo largo del río Segre a importantes zonas productoras de fruta de hueso como Aitona o Seròs, y de pepita, como Albatàrrec o Puigverd de Lleida, dejando daños en unas 750 hectáreas en el sur de la provincia, según cuantifican desde Asaja Lleida.

"Lo que fue la mayor intensidad de la tormenta no duró tanto, solo unos 20 minutos, pero por donde iba pasando, iba destrozando todo a su paso", comenta Pere Roqué. "En estas fechas quedaba entre un 20 y un 30% de la fruta de hueso de la campaña por recoger, pero al ser fruta ya madura y contar con unos niveles de azúcar muy elevados, toda la fruta golpeada por el granizo ha quedado marcada y no podrá comercializarse".

"Los daños han sido variables pero cuantiosos a lo largo de toda la zona afectada. Por ejemplo, en la zona de Aitona las parcelas registran entre un 40 y un 50% de fruta dañada, pero algunas han notificado pérdidas de hasta un 80-100% de la producción que aún quedaba en los árboles. En Albatàrrec también se registran daños del 100% en fruta de hueso, porque a medida que la tormenta iba avanzando, descargó más pedrisco".

"En cuanto a la fruta de pepita, ya se estaba cosechando; en zonas como Albatàrrec se estaba recogiendo pera Conferencia, y manzana roja en Puigverd de Lleida. Pero el granizo, que alcanzó un diámetro de varios centímetros, tan grande como monedas de euro, ha afectado hasta a un 70-80% de la fruta que aún estaba en los árboles, como ha ocurrido en la zona de Puigverd".

"El aumento de las tormentas de granizo denota un cambio climático"
Esta nueva tormenta de pedrisco se suma a las anteriores, siendo la octava que se cierne sobre Lleida este año. "Siempre ha habido las típicas tormentas de verano, pero nunca habíamos visto la cantidad de tormentas que se dan en los últimos años", señala Pere. "A mitad de julio o a principios de agosto solía llover, pero esta magnitud de que desde mayo hasta casi finales de septiembre se suceda una media de 10 a 12 tormentas, denota un cambio climático en las últimas décadas".

De hecho, datos como los de las indemnizaciones abonadas por Agroseguro confirman los graves efectos de la realidad climática actual, tal como señalan desde la propia aseguradora, y así lo constata el hecho de que en 2023 se haya alcanzado un nuevo máximo histórico de indemnizaciones a nivel nacional, siendo las tormentas de pedrisco el segundo mayor evento causante de daños, solo por detrás de una sequía que se ha considerado histórica.

"Durante el invierno vamos a intentar hacer todos los análisis posibles junto con las entidades climáticas nacionales para analizar esas frecuencias en las tormentas y el impacto que están provocando en las producciones alimentarias, para poder tomar las soluciones adecuadas a esta nueva realidad. Porque, hay que recordar, toda esta fruta se dirige a mercados que las están esperando, y a los cuales las empresas tenemos que fidelizar".

"Por ahora, la única solución efectiva que podemos aplicar es la instalación de mallas antigranizo, pero por mucho que haya una financiación de hasta un 40%, aún siguen representando una inversión muy elevada para los agricultores".

"Si el coste de las mallas antigranizo va desde los 18.000 euros por hectárea hasta los 35.000 euros, si hay que hacer modificaciones en las fincas para poder instalar las estructuras, y hablamos de que la superficie media de una explotación frutícola aquí en Lleida es de unas 10 hectáreas, cada agricultor debería invertir casi 200.000 euros para poder proteger su producción frente a las tormentas de pedrisco, cada vez más frecuentes y fuertes".

Para más información:
Asaja Lleida
@asajalleida
@pereroqueoro