Hace treinta años, cuando aún era estudiante, Giel Hermans empezó a cultivar maíz dulce en los Países Bajos. Un profesor le hizo ver el potencial de este producto, dado el elevado consumo en Estados Unidos. "Me dije: 'Voy a intentarlo'. Así que empecé con el cultivo en media hectárea", recuerda Giel.
Cuando Giel empezó, pensó que era el único en el país que veía el potencial de este novedoso producto. Pero pronto descubrió a otros pioneros, como Jos de Regt, a quien conoció en una feria local. Mientras que De Regt se centró en el maíz congelado, Giel se dedicó al voluble mercado del maíz fresco.
Secretos comerciales
Al principio, uno de los factores del éxito de Hermans fue la elección de variedades. Si bien había algunas variedades de maíz dulce en los Países Bajos, no cumplían los requisitos estéticos y de calidad que tenía en mente Giel. En los Estados Unidos, el productor encontró proveedores de semillas de variedades de mayor calidad. Las variedades estadounidenses tenían más granos por mazorca, lo que supuso una ventaja significativa para el empresario en el mercado holandés. El cultivo de estas variedades superiores le dio una ventaja que consiguió mantener durante 20 años, hasta que una empresa europea adquirió la empresa obtentora estadounidense.
No obstante, Giel señala que elegir la variedad adecuada es solo una parte del éxito. Encontrar variedades de seguimiento que se adapten perfectamente a las distintas condiciones climáticas es una habilidad en sí misma, que él domina. Algo, dice Giel, que requiere años de experiencia y pruebas.
Con las mazorcas bajo el brazo
Desde el principio, Hermans tenía una idea clara de cómo quería comercializar su producto. No tenía mucha confianza en el modelo tradicional de subasta, en el que los agricultores ponen sus productos a la venta y luego quedan a merced de los caprichos del mercado. Giel fue directamente a las cadenas de supermercados, literalmente con las mazorcas bajo el brazo. Fue un acierto, ya que retailers como Albert Heijn no tardaron en interesarse por sus productos. Esta cadena de supermercados holandesa ya conocía el maíz dulce francés, pero estaba dispuesta a trabajar con un productor local. Esta colaboración sentó las bases de una relación a largo plazo y, a día de hoy, Albert Heijn sigue distribuyendo maíz dulce cultivado en Países Bajos.
Cuando Giel empezó, sus compradores querían que les suministrara maíz dulce durante todo el año. Para ello necesitaba el apoyo de una amplia red de agricultores de Francia, España, Marruecos y Estados Unidos que pudiera satisfacer la demanda de manera ininterrumpida. Las importaciones de maíz de Florida y Georgia funcionaron bien durante mucho tiempo, hasta que las condiciones del mercado cambiaron y Hermans se pasó a Senegal.
Dificultades
Al principio fue difícil conseguir que los consumidores holandeses se acostumbraran al concepto de maíz dulce fresco. Giel recuerda las veces que estuvo en los supermercados intentando convencer a la gente de que el maíz dulce no era solo forraje para el ganado.
Además de a los retailers, Hermans Suikermaïs debe gran parte de su éxito a los exportadores holandeses de productos frescos, que introdujeron el producto en los mercados de ultramar. Comerciantes de productos exóticos como BUD, TFC, Westland Import y Nature's Pride pronto se convirtieron en clientes de Hermans Suikermaïs y siguen siéndolo. Escandinavia, Suiza y Austria fueron mercados de exportación especialmente importantes para Giel. También lo era el Reino Unido antes del Brexit. La sólida posición logística de los Países Bajos permite que Hermans también pueda suministrar maíz dulce a granel a empresas envasadoras extranjeras.
El consumo se ha duplicado
En los Países Bajos, el consumo de maíz dulce se ha duplicado a lo largo de los años, pasando de 40 a 80 g per cápita. Esto se debe a Giel y sus colegas. Aunque se trata de un logro admirable, el productor y comerciante aún ve mucho potencial de crecimiento, sobre todo teniendo en cuenta el consumo en Estados Unidos, donde el consumo per cápita es de no menos de 10 kilos al año. La creciente tendencia vegana y el aumento de la popularidad de las barbacoas contribuirán al crecimiento de este producto en los Países Bajos. También ayuda que algunos chefs promocionan el maíz dulce en sus programas de cocina en la tele.
Hermans señala que la introducción de la gastronomía de ultramar influye positivamente en el consumo holandés de maíz dulce. Mucha gente prueba platos de maíz cuando está de vacaciones y se lleva estas experiencias a casa. Puede que los Países Bajos nunca alcancen el nivel de consumo de EE. UU., pero Giel sigue siendo optimista sobre el futuro del maíz dulce en su país.
Para más información:
Hermans Suikermaïs
Donk 1a
5995 PL Kessel (Países Bajos)
Tel.: +31 (0)77 4629325
Móvil: +31 (0)651312426
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