El sector del envasado avanza con paso firme a nivel global hacia una economía circular y cada vez más centrada en la reutilización de materiales. Los principales fabricantes están dando pasos importantes, por ejemplo, fabricando botellas con un 95% de plástico reciclado. Esto se considera un avance prometedor que parece estar marcando la dirección a la que se dirige el mercado, y que se espera que otras empresas sigan. A pesar de estos avances, los gobiernos europeos y nacionales aún tienen que aplicar medidas concretas, lo cual genera incertidumbre y paraliza las inversiones.
En los Países Bajos, Sarco Packaging & Equipment está respondiendo a estos cambios. Jaap van der Sar, representante de la empresa, afirma que su película de envasado es cada vez más fina. Su grosor se ha reducido en un 25% en los últimos seis años, en parte gracias a la mejora de la calidad del material y en parte a una mayor conciencia medioambiental. Antes se utilizaba un material más grueso por precaución, pero ahora solo se emplea la cantidad necesaria, lo que supone un importante ahorro de material sin que los consumidores lo noten.
El papel, en cambio, todavía no se ha impuesto como material de envasado en los Países Bajos. Su coste más elevado, que acaba pagando el público en general, lo hace menos atractivo. La industria alimentaria tampoco permite el uso de papel reciclado, lo que limita la contribución del papel a la economía circular. Por otro lado, el plástico biodegradable tampoco ha convencido. La gente tiene dificultades para clasificar correctamente este material, lo que conlleva problemas con el procesamiento y reduce la eficacia de los programas de reciclaje.
Sin embargo, parece que el polietileno (PE) sigue siendo una buena opción. Los envases de PE estándar ofrecen ventajas tanto medioambientales como económicas. Se puede tirar fácilmente al contenedor de plástico y se puede reutilizar, aunque no para alimentos, sino para otras cosas; algo cada vez más habitual.
Sarco también señala que el retail prefiere los envases de PE porque cuestan menos que la combinación de cartón y película de plástico. A pesar de las limitaciones para la reutilización de materiales reciclados para el envasado de alimentos, el PE podría utilizarse con material reciclado para subproductos que nunca han salido de la fábrica, manteniéndolo así seguro para su uso alimentario.
Los formatos de envase de las patatas también están evolucionando. Las tiendas venden envases cada vez más pequeños, de uno a tres kilogramos, en lugar de los de cinco y diez kilos que solía haber antes. También hay una mayor variedad de productos de conveniencia, como patatas listas para meter en el horno o bolsas para hacerlas al vapor en el microondas. Además, aunque técnicamente no son patatas, sino otro tubérculo, las batatas están ganando popularidad gracias a su menor contenido en carbohidratos y cada vez se incluyen más en estos productos con patatas.
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