En los últimos tiempos, Perú ha ganado relevancia en el ámbito de la producción de cítricos, especialmente con la mandarina, que ha visto aumentar su comercialización gracias a la apertura de nuevos mercados y el aumento de la agroexportación. La diversidad de variedades de mandarina cultivadas en Perú está encontrando un terreno fértil en el comercio internacional.
El mercado internacional de la mandarina se muestra extremadamente volátil desde la pandemia, al haberse visto afectados los ciclos comerciales globales y haber entrado nuevos competidores debido a complicaciones logísticas y climáticas. Inicialmente, Perú comenzó con variedades genéricas de mandarina, pero con el tiempo, la producción se ha diversificado hacia variedades más especializadas y valoradas internacionalmente. Se pueden clasificar en tres grupos principales: híbridas, como Murcott y Nadorcott, que representan el 75% de la producción; clementinas, con cerca del 15%, y Satsuma, que abarcan el 10% restante.
La tendencia en Perú ha evolucionado hacia la cosecha de variedades tardías de mandarina, respondiendo a la demanda del mercado internacional, con la mayoría de las exportaciones centradas en estas variedades. El fenómeno El Niño afectó principalmente a las variedades tempranas, resultando en una disminución notable en la producción de Satsumas y ciertas clementinas, mientras que las variedades tardías, como Murcott y Nadorcott, han visto un crecimiento significativo.
Entre enero y julio de 2024, Perú exportó 143.410 toneladas de mandarinas, valoradas en US$ 185 millones, lo que representa un aumento tanto en volumen como en valor. El precio promedio fue de US$ 1.28 por kilogramo, un 18% más alto que el año anterior. Estados Unidos emergió como el principal destino de exportación, con un incremento del 54% en volumen de envíos, mientras que en Europa, a pesar de una reducción en el volumen total enviado, los precios experimentaron un aumento significativo.
Fuente: Fresh Fruit / agraria.pe