Nueva Zelanda es un caso atípico en el sector mundial del transporte marítimo, pues el creciente tamaño de los buques de carga, que muchos de sus puertos no pueden acoger, le plantea retos. Se trata de una tendencia basada en la mayor eficiencia en el consumo de combustible y al menor impacto ambiental de los buques de mayor tamaño. Alasdair MacIntosh, director de envíos de Zespri y representante del Consejo de Propietarios de Carga de Nueva Zelanda, destacó estas preocupaciones en la conferencia anual de HortNZ, celebrada en Tauranga, y señaló que el país es un lugar caro para las operaciones de transporte marítimo.
MacIntosh señaló varios problemas que afectan al sector del transporte marítimo, entre ellos los costes continuos, la mayor duración de los viajes y, sobre todo, el descenso de la productividad tras la COVID-19. Citó un descenso significativo de los movimientos de grúas en los puertos neozelandeses, y que Auckland y Tauranga han experimentado descensos notables. La previsión de que aumente la congestión a medida que se recupere la economía suscita preocupación sobre la preparación del país para gestionar con eficacia los futuros volúmenes de carga.
La necesidad de desarrollar infraestructuras para acoger buques más grandes y respetuosos con el medio ambiente es acuciante. En la actualidad, solo unos pocos puertos de Nueva Zelanda, como Auckland, Lyttleton y Tauranga, tienen capacidad para dar servicio a estos buques. También se debatió la posibilidad de que los puertos australianos se conviertan en un centro para las necesidades de transporte marítimo internacional de Nueva Zelanda, subrayando la necesidad de una política de infraestructuras a largo plazo que trascienda los ciclos políticos.
Rachel Depree, responsable ejecutiva de sostenibilidad de Zespri, apoyó el llamamiento a la acción, subrayando la importancia de adaptarse a tecnologías de transporte marítimo con bajas emisiones de carbono. A medida que los mercados y los consumidores mundiales se vuelven más conscientes del clima, la capacidad de Nueva Zelanda para participar en cadenas de suministro con bajas emisiones es crucial. El país corre el riesgo de quedar marginado en favor de socios comerciales más grandes si no invierte en la infraestructura portuaria necesaria y en fuentes de combustible alternativas.
Se necesita la implicación de todo el Gobierno para coordinar los esfuerzos en la mejora de la infraestructura portuaria, la exploración de combustibles alternativos y la ampliación del suministro nacional de combustible. Esta dirección estratégica es esencial para que Nueva Zelanda siga ofreciendo productos de alto valor a nivel mundial y apoyando su agroeconomía.
Fuente: Farmers Weekly