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Prueba de sabor de la primera banana modificada genéticamente de Australia

Biotecnólogos de la Universidad Tecnológica de Queensland están a punto de probar una banana modificada genéticamente (MG), denominada QCAV-4, que marca un hito importante en Australia y en el mundo, ya que se trata de la primera fruta modificada genéticamente aprobada para la producción comercial en todo el mundo. Este avance se produce después de que el gobierno australiano autorizara en abril el consumo humano de esta banana, en un contexto de preocupación por la vulnerabilidad de la banana Cavendish –que domina las exportaciones mundiales y la producción australiana–, a las amenazas de enfermedades debido a su uniformidad genética. El proyecto QCAV-4, destinado a combatir el mal de Panamá, concretamente la raza 4 tropical (R4T), lleva 20 años en marcha, y la plantación de prueba cerca de Humpty Doo ha dado frutos de forma constante durante los últimos siete años.

La susceptibilidad de la banana Cavendish a esta enfermedad está ligada a su naturaleza clonal, ya que cada planta es genéticamente idéntica, un factor que en el pasado diezmó la variedad Gros Michel. La introducción de QCAV-4, que implica la modificación de un único gen relacionado con la resistencia a la enfermedad sin afectar a la calidad de la fruta, representa una medida proactiva contra posibles brotes. La técnica de edición de genes, distinta de la modificación genética tradicional, también se está explorando como una alternativa más respetuosa con el consumidor, centrada en activar o desactivar genes existentes dentro de la banana para mejorar la resistencia a las enfermedades.

En regiones como el sureste de Queensland, la amenaza del mal de Panamá es palpable, y agricultores como Kurt Lindsay son testigos del devastador impacto de la enfermedad en sus cultivos. El sector bananero australiano, especialmente en el norte tropical de Queensland, permanece en alerta máxima, con estrictas medidas de bioseguridad para contener la R4T. Los esfuerzos del sector por frenar la propagación de la enfermedad han ganado tiempo para avances científicos como la QCAV-4, que ahora se enfrenta a los retos de la aceptación en el mercado y los obstáculos normativos relacionados con los alimentos modificados genéticamente.

Mientras continúa la búsqueda de una variedad de banana resistente al mal de Panamá, la aceptación de bananas como QCAV-4 podría desempeñar un papel fundamental para salvaguardar el futuro del cultivo y el consumo de bananas en todo el mundo. Las partes interesadas del sector, desde los científicos hasta los agricultores, subrayan la necesidad de adoptar este tipo de innovaciones para evitar un posible "apocalipsis de la banana" y garantizar la disponibilidad de la fruta para las generaciones futuras.

Fuente: The Guardian

Fecha de publicación: