La temporada de melocotones y nectarinas griegos ha terminado. Ya quedaban pocos productos sin recolectar porque la maduración este año fue temprana y también la cosecha, pero casi no queda nada después de que la fuerte tormenta del pasado fin de semana causara importantes daños en las plantaciones de la región de Macedonia Occidental.
"Por el contrario, aún hay posibilidades para las ciruelas griegas de calidad", afirma Yannis Tsartsarakis, accionista de Froutofarm, empresa con sede en Pella, Macedonia Occidental, que obtiene gran parte de sus ciruelas y otras frutas de hueso de esta zona. "Las ciruelas de nuestra zona también sufrieron daños, pero a la variedad tardía Angeleno aún le quedan unos días de cosecha. Normalmente, la temporada debería durar más, pero la producción se adelantó", explica.
Según Tsartsarakis, la merma total del volumen de ciruelas es de un 50% en comparación con una temporada normal, lo que ha tenido repercusiones: "Esto significa que hemos tenido que cambiar drásticamente nuestros planes de distribución. Nos vemos obligados a replantearnos nuestras prioridades, porque es imposible satisfacer la demanda. Por supuesto, hay comerciantes que intentan conseguir más fruta para almacenarla en cámaras frigoríficas con el fin de satisfacer la demanda del mercado durante más tiempo, pero realmente hay poco producto disponible". Esta situación también ha provocado un gran aumento de los precios: "Los precios pagados a los agricultores por las ciruelas estos días han aumentado hasta los 0,70 euros/kg, mientras que el año pasado los precios durante el periodo correspondiente rondaban los 0,40-0,50 euros/kg", concluye.
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Yannis Tsartsarakis
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