François Moran, gerente de la empresa Tropibana, sostiene que el mercado de la piña ha sido complicado durante las tres últimas semanas: "Ha habido muchos retrasos con los barcos y poca mercancía debido a la mala floración. Como consecuencia, los precios se han disparado hasta situarse entre 12 y 15 euros por paquete".
Un desabastecimiento que provocó una fuerte subida de los precios y, desgraciadamente, atrajo al mercado productos de dudosa calidad. "Ante un mercado tan prometedor, los productores tienden, como de costumbre, a cortar la piña antes de que esté completamente madura. Pero la piña madura en la propia planta y, como decía mi padre, la mejor piña es la que se come en el campo. La fruta que se corta verde tiene problemas para madurar después. Recibimos mercancía con un color muy verde (entre 0 y 1) y con algunos grados Brix menos, aunque el sabor siga siendo aceptable".
A pesar de las piñas relativamente verdes y los precios disparados, los clientes han estado a la altura. "Estamos llegando al final del último trimestre, con el inicio del curso escolar y las promociones que lo acompañan. Todos los supermercados de Francia y del resto del mundo venden bananas a 0,99 euros, así que buscan completar sus márgenes vendiendo productos relacionados, como mangos y piñas. Todo lo que llene las estanterías es válido. En Francia, las promociones del inicio de curso son culturales. Pero si las marcas pospusieran sus promociones una o dos semanas, obtendrían el mismo volumen y beneficios, y no habría tanta tensión. Esta semana es la primera vez en todo el año que no tengo piñas que vender".
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