Una mayor rentabilidad se asocia automáticamente a un incremento de los rendimientos o de la producción. Pero hay ejemplos que demuestran que no es la única manera.
"Venimos de unas producciones muy intensivas donde, a nivel de sector, nos hemos visto obligados a producir siempre más; pero una mayor producción implica un incremento también en el gasto y necesidad en inputs –energía, materiales, fertilizantes, pesticidas y fitosanitarios para enfrentar cada vez más plagas–, en un contexto en el que los precios se han estado manteniendo muy estables a lo largo de los años y los costes subían cada vez más. Y este círculo nos había estado llevando a un punto de no retorno ni a nivel económico ni tampoco medioambiental", explica Ernest Mas, directivo de Verdcamp Fruits.
"Veíamos que había que cambiar la manera en la que estábamos haciendo las cosas o sería difícil revertir toda esta tendencia al cambio climático y a la pérdida de fertilidad de los suelos si seguíamos haciendo monocultivos, en los que, además, es más fácil que se propaguen las plagas que encuentran su alimento en un único cultivo".
"Por ello, desde hace ya unos 14 años, decidimos cambiar nuestra forma de producir, hacia una agricultura ecológica que ahora va hacia una agricultura regenerativa, restableciendo no solo la salud de los suelos, que al recuperarse volvieron a producir más y a enfrentar mejor las condiciones meteorológicas", comparte Ernest. "También comenzamos a trabajar con la lucha biológica y decidimos restablecer la biodiversidad en nuestras fincas implantando el intercropping floral para fomentar el establecimiento de la fauna auxiliar y de la fauna autóctona para equilibrar las plagas. Haciendo solo esto, pasamos de hacer unos 8 tratamientos contra el pulgón por ciclo a no tener que hacer ninguno, lo que nos ayudó indirectamente a aumentar la rentabilidad de nuestras producciones".
"No sé si este será el futuro, o si la necesidad hará que lo sea, pero para nosotros es la línea en la que queremos trabajar. Hay una frase que para mí resume todo, y es que 'hoy en día contaminar continúa siendo fácil y rentable', y mientras siga siendo así, no habrá un cambio que se pueda notar a escala planetaria".
"Hemos pasado de producir pocos monocultivos a cultivar más de 20 referencias"
La labor y la decisión de Verdcamp se ha visto reconocida en múltiples ocasiones. La compañía ha sido premiada por el Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya con los Premios a la Innovación Tecnológica Agroalimentaria; fue elegida por el BBVA y El Celler de Can Roca con el premio de los mejores Productores Sostenibles en su I edición; quedaron entre los finalistas de los European Bee Award, y además, la empresa fue pionera a nivel europeo en 2017 en el cálculo de la huella de carbono y de la huella hídrica en cultivos como el de la sandía.
"Hay que tener en cuenta que es importante producir, pero también es importante el balance de lo que ha costado obtener esa producción junto con el impacto ambiental y económico que también genera", prosigue Ernest. "Al respecto, dimos un segundo paso en cuanto a la comercialización de nuestra producción".
"Mientras históricamente hacíamos un 70% de exportación, donde priorizábamos producir pocos tipos de hortalizas para mecanizar al máximo todo para tener una mejor rentabilidad, hoy en día hemos revertido esas cifras: cultivamos más de 20 referencias y ese 70% ha pasado a ser comercializado en el mercado nacional, en el que el producto de proximidad es muy valorado".
"En los alimentos ya cocinados el valor de la proximidad se pierde en el etiquetado"
"Es interesante destacar que en España hay una gran tendencia al consumo de productos de proximidad, mayor por ejemplo que el consumo de ecológicos; aunque dentro del segmento ecológico sí que vemos un aumento de los productos ya procesados y envasados".
"En los frescos, venimos de una cultura de que el alimento ecológico debe ser de calibre pequeño, y también de una herencia de un reglamento que para vender un producto bío en la gran distribución se obliga a envasarlo y, por lo general, suele diferenciarse con un precio más caro. En un marco de cada vez más rechazo a los envases, esto debería hacernos reflexionar acerca de si la normativa es demasiado estricta y no ayuda a los consumidores a decantarse por el producto ecológico".
"Y con respecto a los alimentos preparados, ecológicos o no, que cada vez se consumen más con el ritmo de vida que llevamos, también deberíamos tener en cuenta lo siguiente: en los productos frescos hay un factor que nos da un gran valor y que nos permite diferenciarnos, que es el origen, la proximidad; de hecho, hoy en día los supermercados trabajan en la promoción de los productos de origen Cataluña, por ejemplo en nuestra zona, o de origen España. Pero en los alimentos preparados, procesados o cocinados, ese valor se pierde en el etiquetado; como mucho, puede aparecer dónde se ha preparado, pero la trazabilidad de los ingredientes se pierde".
"Los productos procesados, preparados y cocinados están subiendo a marchas forzadas, y vemos que ganan cada vez más notoriedad en las cadenas de distribución; y como productor, me planteo si las empresas que estamos esforzándonos por fomentar la producción de proximidad, de temporada o de una agricultura más natural, y todos los que hemos luchado y conseguido que en las etiquetas esté especificado el origen, nos estamos viendo indefensos frente a la forma de etiquetar la comida que ya viene en un plato o en un envase".
"Estamos ya ante una sociedad muy desconectada, y no es positivo que desconecte aún más del origen y de la forma de producción que han tenido los alimentos que está consumiendo".
Para más información:
Verdcamp Fruits
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