La innovación en la reutilización de desechos agrícolas ha dado un paso importante con la investigación realizada por José Ángel Salas, profesor del grupo de Postrecolección y Refrigeración de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), en colaboración con la compañía agraria cartagenera Jimbofresh. Esta tesis industrial ha transformado melones y brócolis desechados en "vinos", encurtidos y bebidas saludables, aprovechando al máximo los recursos que la actividad agrícola genera.
Los melones, descartados por su apariencia o tamaño, han sido convertidos en bebidas espumosas y 'vinos' tranquilos con una graduación alcohólica inferior a 12 grados. Por otro lado, los residuos de brócoli, como hojas y tallos, han sido transformados en encurtidos fermentados y una bebida lactofermentada similar a la kombucha. Estos productos no solo ofrecen una solución al desperdicio de alimentos, sino que también poseen propiedades anticancerígenas y antioxidantes, por lo que contribuyen a la salud de los consumidores.
El desarrollo de estos "vinos" y encurtidos ya está protegido mediante modelos de utilidad, que es un tipo de título de propiedad industrial, y mediante una patente para el caso de la bebida fermentada.
Fuente: laverdad.es