"Tras una campaña comercial de tomates de mesa, la del año pasado, que terminó en declive, con precios de tan solo 0,30/0,40 euros por kg (al menos de abril a mayo) para los tomates cherry, optamos por ampliar la diversificación de cultivos", afirma Adriana Lo Monaco, de la oficina de ventas de Agroenergie Srl.
Adriana Lo Monaco, en el interior de un invernadero fotovoltaico.
"La próxima temporada de otoño/invierno nos tiene, de hecho, ocupados con nuevas referencias como los pimientos amarillos y rojos y los calabacines de color verde oscuro", prosigue la responsable comercial de la explotación. "Este último cultivo se desarrolla bajo un invernadero fotovoltaico, como ocurre con toda nuestra producción de alta calidad. El valor añadido de estos invernaderos reside en el contenido tecnológico que nos permite alcanzar un mejor rendimiento productivo".
Invernadero de calabacín bajo un sistema fotovoltaico.
"El verano que acabamos de dejar atrás se caracterizó por una producción de tomates muy elevada", prosigue Lo Monaco. "La ligera sombra, gracias a la cubierta parcial de nuestros invernaderos, mitiga el estrés del calor y la luz solar directa. El resultado es un crecimiento más controlado de las plantas y los frutos. Pero como las cotizaciones del mercado no han sido brillantes, se ha optado por diversificar las especies hortícolas".
"Con estas nuevas opciones queremos evitar el inconveniente de acabar con un monocultivo poco rentable por razones contingentes", explica la experta. "Por otra parte, la nuestra es todavía una empresa muy joven y buscamos constantemente nuevos cultivos y variedades que se adapten mejor a nuestros procesos de producción. Ya hemos cosechado los primeros calabacines verde oscuro y, con toda prudencia, estamos contentos con la elección que hemos hecho. Los precios superan actualmente los 2 euros por kg, pero no son cotizaciones fiables, porque hay muy poca producción. Hasta dentro de unos diez días no entraremos en el meollo de la temporada y entonces veremos cómo se comporta el mercado".
La sostenibilidad aumenta el atractivo para la distribución extranjera
"En nuestro caso, hablamos de una producción altamente sostenible, ya que los costes de producción se ven fuertemente mitigados por procesos respetuosos con el medio ambiente", subraya Lo Monaco. "La combinación de la producción agrícola y energética resume el significado de la sostenibilidad medioambiental, porque tiene lugar en las mismas superficies. Nuestra forma de producir energía, entre otras cosas, está en perfecta sintonía con el respeto al medio ambiente y la ecosostenibilidad", afirma.
"El objetivo es crear un invernadero que se convierta en un modelo para el futuro, diseñado para tener un impacto nulo en las emisiones de CO₂ y un impacto positivo en la producción de oxígeno", concluye Lo Monaco. "¿Cómo? Pues mediante la producción de energía limpia, como la solar. Además, el microclima del interior de nuestros invernaderos también es óptimo para los empleados que trabajan a diario en las instalaciones, lo que contribuye a la sostenibilidad del trabajo. Para dar testimonio de estos principios nuestros, hemos querido crear un jardín a la entrada de nuestra empresa que hemos llamado jardín de Bobò, abierto a las escuelas, de aproximadamente una hectárea, donde se alternan árboles frutales con plantas ornamentales que crecen bajo la sombra que dan los paneles fotovoltaicos".
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Matteo Baglieri
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