La huelga de estibadores en la costa este de Estados Unidos y el golfo de México comenzó la media noche del lunes 30 de septiembre, tras meses de negociaciones sin éxito para un nuevo contrato. La Asociación Internacional de Estibadores (ILA) y la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX) no han logrado un acuerdo; la ILA demanda un aumento salarial del 77% en los próximos seis años, mientras que la USMX ofrece un incremento significativamente menor.
Esta situación tiene el potencial de ejercer presión inflacionaria y de generar interrupciones en las cadenas de suministro globales, especialmente si la huelga se extiende. La disputa llega en un momento crítico, poniendo a prueba las lecciones aprendidas por la industria comercial estadounidense tras la crisis de suministros desencadenada por la pandemia.
El sindicato de estibadores busca un nuevo contrato que no solo incluya el mencionado aumento salarial, sino que también aborde la cuestión de la automatización en los puertos, la cual amenaza con eliminar miles de empleos. Esta lucha sindical refleja un conflicto de larga data sobre el rol y la compensación de los trabajadores portuarios en una era de creciente automatización.
Por otro lado, la USMX argumenta que los salarios actuales de los estibadores ya son elevados, especialmente en comparación con el salario medio en Estados Unidos y en el sector de almacenaje y transporte. La Alianza sostiene que los beneficios obtenidos por las navieras durante la pandemia han disminuido, y que el aumento salarial demandado por la ILA es insostenible.
El impacto de esta huelga, la primera de su tipo en décadas, se sentirá tanto a nivel nacional como internacional, al afectar no solo a la economía estadounidense, sino también a las cadenas de suministro y al comercio global.
Fuente: eleconomista.es