Este año, la cosecha de minikiwis de la finca Ehrenfeld, en el distrito de Heilbronn, ha empezado especialmente bien. "La cosecha comenzó la última semana de agosto, unas dos semanas antes de lo habitual. Sobrevivimos bien a las seis o siete noches de heladas gracias al riego de protección contra heladas más moderno, por lo que esperamos tener en torno a un 90% de producto comercializable. Con entre 5 y 6 toneladas, el rendimiento neto por hectárea es notablemente superior al del año pasado, cuando pudimos cosechar en torno a 3 o 4 toneladas por hectárea debido a los daños causados por las heladas y el russeting". También el tamaño y la coloración de los minikiwis Naturland son satisfactorios, según Ingo Ehrenfeld, gerente de la empresa.
Alrededor del 95% de su producción llega a los consumidores a través de la gran distribución (del sur de Alemania), mientras que una pequeña parte se comercializa a través de su propia tienda agrícola. La empresa cultiva principalmente las dos variedades rojas Weiki y Ananasnaya, que se ofrecen en paralelo desde el principio hasta el final de la temporada. "Puede que no sean las variedades más atractivas visualmente, pero su sabor es muy convincente. Esto significa que, una vez la gente las prueba, es muy probable que las siga comprando. Son variedades muy parecidas, la única diferencia es que la Weiki es algo más productiva y más resistente a las heladas", explica Ehrenfeld.
Ingo Ehrenfeld cultiva kiwis desde hace 15 años en cerca de 10 hectáreas. También tiene una explotación convencional de frutas de pepita y espárragos verdes.
El almacenamiento ULO permite alargar la temporada
En el retail convencional, los minikiwis locales se ofrecen principalmente en bandejas de 125 g, mientras que en las tiendas de alimentación natural se ofrecen sobre todo en bandejas abiertas de cartón de 350 g. Sin embargo, el negocio es especialmente competitivo, según Ehrenfeld. "El producto se ha consolidado bien a lo largo de los años. Desgraciadamente, durante la temporada nacional también se comercializan productos a bajo precio procedentes de Italia y Portugal, y esta competencia de precios parece haberse recrudecido a raíz de la inflación. En consecuencia, ahora también estamos estudiando canales de venta alternativos, como empresas de suscripción y similares", detalla Ehrenfeld.
El innovador productor de fruta tiene puestas sus esperanzas sobre todo en la segunda mitad de la temporada: "Tras varios intentos, este año almacenaremos por primera vez mayores cantidades en el almacén de ULO con el fin de prolongar la temporada. Normalmente agotábamos las existencias a finales de octubre como muy tarde, pero ahora confío en poder tener fruta disponible a mediados de noviembre".
La distorsión de la competencia pone en peligro el minikiwi nacional
Según Ehrenfeld, el salario mínimo es el factor decisivo. "Desde nuestro primer año de cosecha, los salarios mínimos han subido más del doble. Esto tiene consecuencias desastrosas para un producto que requiere mucha mano de obra como el minikiwi. El cultivo de frutas de pepita puede mecanizarse hasta cierto punto, pero en el caso del minikiwi apenas es posible. A fin de cuentas, el 80% de los costes corresponden a la cosecha y el procesamiento de la fruta. A la vista del nuevo aumento del salario mínimo, dudo de si en el futuro se podrá seguir obteniendo este producto en campos nacionales y de qué forma. Porque hace tiempo que hemos superado el umbral del dolor. En mi opinión, la única solución justa sería un aumento salarial igual en todos los países de la UE", concluye.
Para más información:
Ingo Ehrenfeld
Bio-Betrieb Ehrenfeld KG
Mittlere Gasse 17
74239 Hardthausen - Kochersteinfeld
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www.obsthof-ehrenfeld.de