En Sicilia, durante la mayor parte de 2023, hasta diciembre y parte de enero de 2024, las condiciones meteorológicas fueron anómalas. La primera consecuencia fue una sobreproducción de cultivos hortícolas que depreció su valor, y la comercialización no se normalizó hasta febrero de este año.
Túneles inundados en Licata, el pasado sábado 19 de octubre.
Ahora, tras una ola de calor y una sequía que ha durado meses, en la mañana del sábado 19 de octubre (y durante la mayor parte del día) descargaron lluvias torrenciales sobre la isla, que inundaron pueblos y campos enteros. Entre ellos, la zona de Licata (AG), donde hay una densa concentración de invernaderos de horticultura intensiva. Giovanni Chianta, productor hortícola de la zona, informa: "La crecida del río Salso causó grandes daños en algunos barrios de Licata. Muchas explotaciones han quedado sumergidas y destruidas. Será fundamental dar respuestas inmediatas a los productores. Pedimos una rápida indemnización para las explotaciones afectadas por los daños de las inundaciones, no solo las del Salso, sino también las de los torrentes, como ocurrió en Tenutella (Butera)".
Como se lee en la prensa, el propio alcalde de Licata, Angelo Balsamo, trabaja a estas horas junto a voluntarios y empleados municipales para sacar el barro que ha sumergido el mercado local de frutas y hortalizas y la estación de ferrocarril. Tras meses de trabajo, cosechas enteras de pimientos, berenjenas y calabacines que estaban listas para su recolección han quedado completamente destruidas. La fértil llanura de Licata se transformó en pocas horas en un lago, con cultivos e invernaderos invadidos por el agua. Los daños se estiman en millones de euros.
Más allá de las medidas de emergencia, ahora se necesitan respuestas a medio plazo, porque los problemas son estructurales. Ya en 1976, tras un largo periodo de sequía, Licata sufrió los daños de las inundaciones. "En estos largos 48 años", comenta Chianta, "los agricultores locales han sufrido periódicamente grandes daños debido a la concentración del agua de media Sicilia (incluida la de las presas) en la cuenca del Salso, para verterla directamente al mar, no para embalsarla. Pero además, en periodos de sequía, nunca han recibido agua de ninguna presa para regar. Será necesaria una respuesta para abordar la cuestión a nivel estructural, para ofrecer garantías al territorio".
Las inundaciones ocasionadas por las lluvias torrenciales, concentradas en pocas horas, son acontecimientos difíciles de evitar, pero cuyos efectos pueden y deben gestionarse mejor, por la seguridad de las personas y de las empresas. Y aunque hace meses que se habla de sequía, nadie ha tomado medidas para limpiar embalses y cauces, lo que ha provocado una nueva inundación provocada también por el mal estado de los cauces. Hace menos de un mes, el agrometeorólogo Luigi Pasotti afirmaba en una entrevista que "el aumento de las temperaturas, provocado por el cambio climático antropogénico, se ve agravado significativamente por el impacto de la escasez de lluvias". Destacó así mismo que los niveles medios de humedad del suelo registrados entre octubre de 2023 y mayo de 2024 en Sicilia (datos de Copernicus) habían sido excepcionalmente inferiores a los niveles registrados en los 30 años anteriores (desde 1995). "Todos ellos son fenómenos que contribuyen a la pérdida de nutrientes del suelo. Esto abre un nuevo frente problemático con el que tendrán que lidiar los productores de frutas y hortalizas, entre otros".
Las precipitaciones de estos días, por otra parte, hacen patente que una zona carente de una gestión planificada está destinada a quedar a merced de los fenómenos naturales más extremos, que marcan un cambio de época.