Desde hace muchos años, la empresa holandesa AGF-Online comercializa diversos productos procedentes de tierras alemanas. En 2001, Kees van der Meij cargó los dos primeros palés de cebolletas en su furgoneta Sprinter. Desde entonces, los coches cargan y descargan mercancía alemana todos los días.
En estos momentos, AGF-Online dispone de cebolletas en manojo alemanas, aunque la competencia del producto egipcio es fuerte. "Estas no dan beneficio alguno, incluso no dan para pagar el flete", dice Kees.
Como consecuencia, Kees pone en duda el valor añadido de estas importaciones. "Todos vimos la noticia la semana pasada de un agricultor de la provincia de Brabante que no encontró comprador para sus judías verdes después de que su cliente habitual optara en el último momento por comprar el género fuera de Europa. Ahora estamos viendo lo mismo con las cebolletas. El mercado sigue repleto de producto alemán, que además se encuentra a solo unos cientos de kilómetros. Aunque todo el mundo no para de hablar de la huella de carbono, algunos comerciantes siguen apostando por los productos egipcios".
"La pregunta es si no ha llegado el momento de prohibir las importaciones de productos de fuera de Europa, de lo contrario llevaremos a la quiebra a los agricultores holandeses y alemanes".
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Kees van der Meij
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