Jan van der Blom, que trabaja para la cooperativa española Coexphal, vive a solo 20 kilómetros de la zona hortícola de El Ejido. En su pueblo solo había llovido un poco; sin embargo, cuando visitó el martes la zona hortícola alcanzada por las inclemencias del tiempo, se encontró con bastantes invernaderos afectados por los daños del granizo. "Eso sí, se trata de daños muy localizados. Preveo que los efectos en el conjunto de la cosecha serán limitados".
"Se calcula que unas 90 hectáreas de invernaderos han sucumbido al impacto del granizo. Para los horticultores, por supuesto, es un golpe importante, aunque hablamos solo de un pequeño porcentaje de las aproximadamente 33.000 hectáreas de cultivo que hay en Almería. Además, los daños afectan casi siempre a invernaderos planos de los antiguos. Otros invernaderos, con una estructura de cubierta inclinada, pueden soportar mejor el peso. Hay bastantes invernaderos en los que el granizo ha atravesado el plástico, sobre todo en aquellos en los que el plástico estaba ya para cambiar. En los invernaderos con un plástico más nuevo se ven menos agujeros y más pequeños. El granizo, con piedras del tamaño de pelotas de ping-pong, también ha destrozado muchas ventanillas de coches y paneles solares. Eso sí, en la zona afectada también he visto muchos invernaderos a los que no les ha pasado absolutamente nada", relata Jan.
"He oído que el alcalde hablaba de una superficie afectada por los daños de 4.500 hectáreas, pero me parece una exageración. El daño total sigue siendo difícil de estimar. Los tomates apenas se cultivan en la zona en cuestión, así que este cultivo no se ha visto afectado. Lo mismo puede decirse del pimiento, del pepino y de la berenjena. En definitiva, no creo que hablemos del 20% de la producción total de pimientos que algunos han mencionado, porque solo se ha visto perjudicada una zona muy limitada, aunque aún es pronto para hacer balance".
"Por suerte, en Almería no ha habido que lamentar daños personales. El granizo cayó por la tarde, cuando nadie estaba trabajando en los invernaderos. En ese sentido, la situación es mucho peor en algunos pueblos de Valencia, donde cayó tanta lluvia en tan poco tiempo que se lo llevó todo por delante, también a personas", continúa Jan.
"Aquí en Almería, las cosechas acaban de empezar y las de pimiento van arrancando poco a poco. La plantación se llevó a cabo un poco más tarde y agosto fue un mes bastante problemático para la fructificación debido a las altas temperaturas y los vientos secos. Las consecuencias se siguen notando y continúa habiendo menos oferta, aunque los volúmenes que llegan al mercado están empezando ya a crecer", afirma Jan, que lleva más de 30 años viviendo y trabajando en España.
En cuanto al cultivo español de tomate, Van der Blom cree que la situación se parece a la del año pasado. "A los productores les sigue preocupando el virus ToBRFV, pero no tienen tanto miedo como el año pasado. Además, hay bastantes variedades muy resistentes. Sí vemos que desde el año pasado ha habido más problemas de trips, sobre todo en pimientos, pero ya se han hecho sueltas de insectos para combatirlos, porque a estas alturas ha quedado claro que el control químico es inviable".
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