Bama Gruppen AS es el mayor distribuidor de frutas, hortalizas, frutos rojos y patatas en Noruega. La empresa también suministra frutas y hortalizas precortadas, flores y plantas, bebidas naturales y productos on-the-go. Con una cuota de mercado de casi el 70%, Bama suministra a dos de los tres principales retailers del país: Retaingruppen, conocido bajo la enseña Rema, y Norgesgruppen, con cadenas de supermercados como Kiwi, Meny y Spar en su cartera. FreshPlaza visitó la sede de Bama en Oslo, donde obtuvo información valiosa sobre el mercado de frutas y hortalizas en el país escandinavo más occidental.
Sede de Bama en Oslo.
Si bien la empresa empezó sus actividades como almacén de madera a finales del siglo XIX, en 1905, su fundador, Christian Matthiessen, fue uno de los primeros de Europa en importar bananas. De ahí el nombre de la empresa: una combinación de ese primer producto de importación y el apellido de su fundador. La importación de bananas siguió siendo la actividad principal hasta los años sesenta, cuando la gama de frutas y hortalizas se amplió gradualmente. Hoy, la compañía, con un volumen de negocio de unos 1.900 millones de euros, tiene centros de distribución, almacenes de envasado y plantas de procesado por toda Noruega y suministra anualmente unas 500.000 toneladas de productos frescos a cadenas de supermercados y empresas del sector hostelero. Bama da empleo a 3.100 personas, 810 de las cuales trabajan en sucursales en el extranjero, la mayoría en otros países nórdicos. El gigante noruego también posee el 99% de Nature's Pride, el especialista holandés en productos frescos exóticos.
Mismos precios en todo el país
La empresa abastece incluso a los supermercados del norte de Noruega, donde vive menos de medio millón personas. "Allí, los precios en las tiendas son los mismos que en el sur y en la capital, a pesar de los mayores costes de transporte", explica Petter Henrik Gathen, director de compras de Bama. "Los costes se reparten para que la gente del norte no tenga mayores gastos que en otras partes del país. Esta manera de proceder, no solo de nuestra empresa, sino también de otras compañías privadas, se enmarca en la política estatal, puesto que el Gobierno fomenta que los noruegos puedan vivir en cualquier parte del país, otorgando, entre otras medidas, subvenciones para viviendas en el extremo norte o en zonas poco pobladas. El consumo per cápita de ciertos productos hortofrutícolas es bastante alto y, como en Bama tenemos una cuota de mercado muy grande, estamos bien posicionados para seguir esa línea".
El centro de distribución de Bama en Oslo.
Tradición
Las ventas de frutas y hortalizas al sector retail, que constituye la mayor parte de los ingresos de este distribuidor, se dispararon durante la pandemia. Sin embargo, desde entonces han descendido a los niveles habituales y ahora se mantienen estables. Según Tobias Nord, director de desarrollo comercial, la empresa no ha perdido cuota de mercado frente a, por ejemplo, los repartidores de cajas de comida.
"Y es que las cadenas de supermercados ofrecen también productos de conveniencia, y además, todavía hay muchas tiendas de barrio en nuestro país, que suponen una fuerte competencia para estos servicios de reparto. El año pasado, las compras en tiendas físicas fue de unas 4,2 veces por semana de media por persona. Es una cifra increíblemente alta. Los noruegos siguen siendo muy tradicionales en este sentido, al igual que están muy apegados a las marcas conocidas", afirma Tobias.
Petter Henrik Gathen, director de compras.
La producción local es popular, pero limitada
Bama suministra a sus clientes frutas y hortalizas producidas en Noruega siempre que es posible. Se trata de productos de temporada o productos almacenados, como patatas y zanahorias. De todas las frutas y hortalizas que Bama suministra al mercado noruego, el 37% es de cultivo local. "Los consumidores prefieren las frutas y hortalizas locales, y durante la temporada noruega, la cuota puede alcanzar el 90%. A pesar del frío, nuestro objetivo es aumentar este porcentaje anual hasta alcanzar el 50% en los próximos años. Sin embargo, el objetivo más importante es impulsar el consumo total de productos hortofrutícolas", afirma Pia Gulbrandsen, CCO de Bama.
En comparación con la producción de Bélgica —un país con una población que duplica a la de Noruega y con un clima algo más idóneo para el cultivo de frutas y hortalizas—, está claro que la cosecha noruega es aún bastante limitada. Por ejemplo, según datos de Faostat, la producción noruega de patatas fue de 376.400 toneladas en 2022, frente a las 3.577.730 toneladas de Bélgica (el 10% de la cosecha belga). Noruega cosechó 23.127 toneladas de cebollas (14% frente a Bélgica), 10.780 toneladas de coliflores y brócolis (8%), 13.562 toneladas de tomates (5%), 17.077 toneladas de manzanas (7%) y 7.052 toneladas de fresas (14%). Proporcionalmente, sin embargo, el país escandinavo recolectó más frambuesas (1.903 toneladas frente a las 2.040 toneladas de Bélgica), grosellas rojas (534 toneladas frente a 790 toneladas) y pepinos (21.709 toneladas frente a 34.920 toneladas).
Pia Gulbrandsen, directora de comunicación.
Aumento del consumo
Por supuesto, habrá que contextualizar estos datos, ya que Bélgica se ha especializado en el cultivo de muchos de estos productos con el objetivo de ser un exportador neto. "En ciertos productos, somos casi autosuficientes o lo seremos pronto", dice Petter Henrik. "Y si conseguimos que la gente coma más frutas y hortalizas, el consumo de productos locales aumentará automáticamente". De hecho, teniendo en cuenta las cifras publicadas por World Population Review a partir de las estadísticas de Foastat, a Noruega le falta ponerse al día en este sentido. En 2020, los noruegos consumieron una media de 74,3 kilos de frutas per cápita, mientras que los belgas consumieron 93,2 kilos. En cuanto a las hortalizas, las estadísticas señalan 157,3 kilos y 230,6 kilos, respectivamente.
No solo el clima es un factor limitante para el cultivo de ciertas frutas y hortalizas, la estructura de costes también lo es. "No es factible producir arándanos en Noruega, ya que requiere mucha mano de obra. Con los elevados salarios noruegos, los productores de arándanos nunca podrían competir con las importaciones de países como Polonia o Países Bajos. Y si bien el Gobierno intenta proteger algunos cultivos, como las patatas y la lechuga, mediante el aumento de los aranceles, incluso con esta medida, la producción de arándanos seguiría sin ser rentable", explica Tobias.
Puertos de Oslo y Róterdam
Noruega, por tanto, importa grandes cantidades de frutas y hortalizas desde otros países europeos —cítricos y hortalizas de invernadero de España, manzanas de Polonia, lechugas de Italia, etc.—, pero también desde África y Sudamérica. "Para reducir los costes logísticos y entregar los productos a los clientes lo más frescos posible, preferimos recibir los contenedores en el puerto de Oslo, si es posible. Algunos envíos nos llegan vía el puerto de Róterdam, sobre todo las cargas parciales y la fruta que se tiene que madurar primero en Países Bajos, como, por ejemplo, los aguacates ready-to-eat de nuestra filial Nature's Pride. Esa empresa también nos gestiona otros productos exóticos, como mangos, chiles y tirabeques", señala Pia.
Israel, Egipto y Marruecos
Israel es desde hace tiempo un área de suministro importante para Bama, por lo que respecta, entre otros productos, a las patatas de contraestación. "Bama cumple los requisitos legales y las recomendaciones actuales de las autoridades sobre el comercio con mercancías procedentes de Israel. Tras una evaluación exhaustiva, hemos optado por no prever la venta de productos procedentes de Israel en la próxima temporada. En nuestra evaluación, hemos hecho especial hincapié en la responsabilidad de actuar con cautela debido a la guerra que hay en curso, así como a los problemas relacionados con las advertencias de viaje que nos dificultan la visita a los proveedores", afirma Pia.
Los productos israelíes se descargan en el puerto de Koper, Eslovenia, y se llevan a Noruega en camión. Este movimiento logístico también se aplica a las importaciones desde Egipto. "En Egipto compramos uvas apirenas, cítricos e incluso lechugas de cultivo al aire libre, aunque cada vez se invierte más en invernaderos. Visitaremos ese país en diciembre para comprobarlo. Egipto está en auge, pero Marruecos es otro país al que le hemos echado el ojo últimamente, sobre todo a sus tomates. Siempre estamos buscando nuevos orígenes", dice Tobias.
La empresa prefiere comprar las frutas y hortalizas de importación directamente a los productores. "En España, trabajamos con intermediarios que nos agrupan el suministro. Aun así, intentamos controlar todos los aspectos de la cadena en la medida de lo posible". Para ello, un equipo de una docena de personas viaja por todo el mundo y visita a los agricultores y las instalaciones de envasado", añade Petter Henrik.
Poco producto ecológico, más plástico que papel
Por lo que respecta a las frutas y hortalizas ecológicas, el consumo de esta categoría no termina de despegar en Noruega. En 2016, la cuota era del 3%, y desde entonces ha caído al 1,6% y se limita en gran medida a zanahorias, manzanas, limones y limas, de acuerdo con Petter Henrik.
Sigue habiendo margen de crecimiento para los productos hortofrutícolas, aunque, de acuerdo con el director de compras, las oportunidades se encuentran principalmente en la categoría de conveniencia. "Sospecho que la fruta precortada se convertirá en una categoría aún más importante que la fruta ready-to-eat, un concepto que Shawn Harris, de Nature's Pride, creó en 2005 a petición de Bama".
Como es obvio, los productos de IV gama están envasados, aunque los supermercados noruegos también suelen vender la fruta fresca empaquetada en plástico. "El debate sobre cuál es el envase más respetuoso con el medio ambiente sigue abierto. De hecho, en algunos casos, el plástico es la mejor opción. Tomemos como ejemplo los pepinos. Varias investigaciones demuestran que, sin el envoltorio plástico, el desperdicio de pepinos sería mucho más grande. La higiene también es un argumento de peso a favor de los productos envasados. Seguimos muy de cerca el debate en la UE e intentamos influir en la normativa noruega cuando lo consideramos importante para la vida útil de los productos. Como todos los eslabones de la cadena de valor, siempre buscamos la mejor solución", concluye Pia.
Para más información:
Pia Gulbrandsen (CCO)
Bama Gruppen AS
40 Nedre Kalbakkvei
1081 Oslo (Noruega)
Tel.: +47 22 88 05 00
[email protected]
www.bama.no