El crimen organizado en la región de Apatzingán, conocido por su influencia y control sobre diversas actividades económicas, ha intensificado sus acciones contra los productores de limón que se han negado a pagar las cuotas exigidas por cada kilo de cítrico cosechado, las cuales oscilan entre 7 y 9 pesos. Esta situación fue denunciada por el padre Gregorio López, quien a través de redes sociales compartió imágenes de árboles de limón derribados y con troncos dañados, atribuyendo estas agresiones al cartel de Los Viagras en los municipios de Apatzingán y Buenavista.
En respuesta a estos ataques, la Secretaría de Seguridad Pública ha informado que se están llevando a cabo trabajos preventivos y combate a la extorsión en el sector citrícola. Estas acciones se discutieron en una reunión en la 43 Zona Militar de Apatzingán, donde, junto con autoridades federales, se acordó reforzar los operativos de seguridad en la región de Tierra Caliente. Los productores de limón han solicitado que estos operativos sean permanentes para garantizar una protección continua y no solo en respuesta a incidentes específicos.
La región, que abarca los municipios de Buenavista, Apatzingán, Tepalcatepec, Múgica y Gabriel Zamora, produce aproximadamente 800.000 toneladas de limón al año en unas 40.000 hectáreas. En agosto de 2023 y 2024, los productores realizaron paros de labores para exigir a los gobiernos federal y estatal una solución definitiva a esta problemática. A pesar de algunos periodos de calma, el crimen organizado continúa agrediendo a los productores y a las más de 40 empacadoras establecidas en la región.
Los productores han insistido durante los últimos tres años en la necesidad de un combate efectivo contra la delincuencia organizada. Han señalado que las cuotas exigidas por los criminales han hecho incosteable el cultivo del limón, pasando de dos pesos por kilo a demandas de entre 7 y 8 pesos por kilo desde 2023. Aunque se han realizado operativos contra la extorsión, estos han sido considerados insuficientes por su naturaleza temporal y la presencia constante de grupos criminales en la región de Tierra Caliente.
La situación ha llegado a tal punto que la delincuencia dicta los días de corte del limón y obliga a las empacadoras a comprar en fechas específicas, así como a fijar los precios. Ante esta realidad, los productores han pedido a los gobiernos federal y estatal la instalación de bases de seguridad permanentes en cada municipio productor de limón, con el fin de supervisar todo el proceso de producción y garantizar la seguridad y viabilidad del sector citrícola.
Fuente: lajornadasanluis.com.mx