No ha sido un año fácil para los productores de azafrán en Bélgica. El "oro rojo", en su mayoría importado de Medio Oriente, también se cosecha en esta época en la provincia de Amberes, desde hace unos once años. "Pero este año, la cosecha ha sido completamente distinta a lo que estamos acostumbrados", comenta Linda Van den Bulck, quien junto a su marido Marc dirige la empresa productora de azafrán Belgische Saffraan.
La pareja comenzó a cultivar azafrán en 2013, después de un viaje a la Bretaña francesa, donde conocieron a una psicóloga que había emprendido su propio cultivo de azafrán, lo que los inspiró profundamente. Y mientras que a la psicóloga francesa no le fue nada bien en sus primeros años, la primera cosecha de Linda y Marc resultó ser un éxito. "Han pasado ya once años, y este año nos recuerda una vez más que cada temporada es única. Dependemos del tiempo, nunca sabemos cómo será la cosecha. Este año en particular hemos tenido una primavera sin precedentes que nos hizo temer por las flores. Tardaron muchísimo en aparecer", afirma Van den Bulck.
"En nuestra parcela antigua, la cosecha no fue como en años anteriores, debido a una primavera extremadamente húmeda y fría. No obstante, al final logramos cosechar algunos volúmenes", prosigue. "En junio, los brotes empezaron a formarse, pero el tiempo seguía sin favorecer la floración. Con los cambios climáticos constantes, estamos obligados a buscar soluciones innovadoras, como, por ejemplo, una siembra escalonada de los bulbos. Experimentamos con una siembra tardía en septiembre y estos bulbos han tenido un buen rendimiento, lo cual nos hace plantearnos si no sería mejor adoptar esta práctica todos los años, considerando que últimamente siempre tenemos otoños tardíos. Además, escalonar la cosecha nos permite trabajar más cómodamente, evitando la recogida de decenas de miles de flores en un solo día", explica Van den Bulck. El azafrán se obtiene de los estigmas secos de la flor del Crocus sativus, que deben recogerse a mano, una labor muy intensa. La pareja de agricultores comenzó la recolección el 5 de octubre y espera continuar dos semanas más.
Azafrán, el "oro rojo", pero no una mina de euros
Linda no pierde el optimismo respecto a la demanda. "No hay muchos productos que se le comparen. El azafrán importado lo veo como algo completamente diferente. Aunque es mucho más económico, su producción en masa no se parece ni en sabor ni en calidad a lo que nosotros ofrecemos. También vemos que, aunque muchas personas nos visitan interesadas en iniciar su propia producción, la mayoría desiste enseguida. Algunos piensan que el 'oro rojo' es una mina de euros. Sin embargo, cada año es incierto. Es un trabajo exigente y se necesita el conocimiento adecuado para manejar la tierra de forma óptima. Además, encontrar mercado no es tan sencillo, por lo que muchos se replantean sus planes no mucho después de empezar", advierte la emprendedora.
Gracias a su constancia y dedicación, la pareja ha logrado mantener una clientela fiel. "Cuidamos mucho la calidad. Especialmente en años como este, es fundamental ofrecer un producto de excelente calidad, porque si fallas, los clientes se van", señala Van den Bulck. Su clientela está compuesta en su mayoría a particulares, pero también chefs, chocolateros y panaderos. "A veces recibimos un pedido de 10 gramos, y una vez que prueban nuestro producto, ya no se cambian a otro proveedor. Puede ser un chef de un restaurante top o una abuela que lo usa en su arroz con leche. Aquí la gente busca el sabor y no el precio", comenta Linda con una sonrisa.
Para más información:
Belgische Saffraan
Leefdaalstraat 14
2200 Morkhoven (Bélgica)
Tel.: +32 496 07 56 36
[email protected]
www.belgischesaffraan.be