"Parece que podríamos enviar dos, quizá tres buques a Europa antes del 17 de diciembre", afirma François Myburgh, de Bet-El Fruit. El objetivo actual de la empresa exportadora es suministrar uvas y fresas a los clientes europeos. Señala que este periodo suele caracterizarse por su fuerte demanda de uva, pero este año las uvas europeas han terminado antes y Perú ha limitado la disponibilidad de contenedores.
Las variedades tempranas no soportan bien el protocolo de esterilización exigido para las uvas sudafricanas con destino a China y, por lo general, no son variedades de granos grandes, explica Myburgh, por lo que no se empezará a trabajar con Oriente hasta más avanzada la temporada. En cualquier caso, razona, Europa está abierta de par en par para las uvas, mientras que las cerezas siguen dominando los mercados de Oriente.
Llegar a Europa en la semana 50 permite disponer de los aproximadamente diez días necesarios para procesar las llegadas para el intenso periodo de ventas prenavideño. En función de los volúmenes disponibles y de la regularidad (o no) de los buques, Myburgh calcula que en la segunda o tercera semana podría producirse el mismo cuello de botella que el año pasado.
La demanda es excelente ahora mismo, sobre todo de uvas rojas, porque la cosecha de las blancas empieza primero y aún no hay muchas variedades rojas disponibles.
El tiempo no acompaña
La cosecha en el valle de Loskop es siempre un momento de gran tensión: a diferencia del Cabo Occidental, se encuentra en una región de precipitaciones estivales y cada semana adicional de cosecha aumenta el riesgo de lluvia (por eso es problemático que la cosecha se retrase, apunta Myburgh).
En las explotaciones situadas entre Groblersdal y Marble Hall ya ha llovido mucho, lo que ha llevado a tomar la prudente decisión de no arriesgarse a exportar algunas variedades tempranas. Es digno de mención, observa Myburgh, que en el valle de Loskop algunos viticultores han retirado algunas de las variedades más tardías y rentables en favor de otras más antiguas y tradicionales, como la Red Globe, que siempre les ha dado buenos resultados.
En el valle del río Orange, una temprana ola de calor que provocó la abscisión de las vides y las heladas también redujeron los volúmenes de exportación de una región que, tradicionalmente, cultiva uvas en exclusiva para la exportación. En el valle están lejos de los centros de distribución del retail y de los mercados del país; con el exceso de oferta de la región septentrional, no hay ese lujo ni esa alternativa desde el principio.
"El mercado local de la uva va a sufrir presiones. Hace unas dos semanas, el precio por caja era muy alto, y esta semana se ha reducido casi a la mitad".
La próxima temporada de cítricos reflejará igualmente los desafiantes fenómenos meteorológicos de los últimos meses, empezando por la histórica helada de julio, que congeló (por así decirlo) la producción en algunos campos de Limpopo afectados durante al menos dos años, y después la floración coincidió con un calor extremo.
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François Myburgh
Bet-el Fruits
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