El sector español de la cebolla sigue esperando llegar a un mayor equilibrio en la oferta, aunque el impacto de esta situación está siendo desigual en el sector. "Este año parece ser que hay algo más de producción a nivel de España. Como consecuencia de los buenos precios que ha venido arrastrando hasta ahora la cebolla, parece que ha aumentado la superficie de cultivo, y la oferta que hay en el mercado es mayor. Eso se nota en los precios, que en la venta no están siendo los mejores, pero en contraste con esta situación nosotros en particular estamos teniendo una gran demanda y, de hecho, no somos capaces de suministrar todo el producto que se nos está pidiendo", explica Guillermo Agorreta, de SAT Agorreta.
"En cuanto a la cebolla de campo sembrada libremente, ahora mismo no hay una gran demanda, y los precios rondan los 10 céntimos por kilo. Una de las razones que explica estos precios es que, ante los altos precios de la cebolla de los años atrás, los envasadores nos hemos asegurado de manera generalizada una mayor cantidad de producción propia o a través de contratos", prosigue Guillermo. "Ahora mismo, casi toda la cebolla que se puede comprar en campo a esos precios es de productores esporádicos que se han puesto a producir sin tener una seguridad de venta", precisa.
"Por otro lado, vemos que la industria no está respaldando esta sobreoferta o exceso de producto, y todo apunta a que, al igual que los envasadores, la industria se ha asegurado la materia prima ante los altos precios de la cebolla nacional de los años anteriores", explica Guillermo.
"Con respecto a la industria del congelado, tampoco tiene más capacidad de trabajo; trabajan muchos tipos de hortalizas y no pueden absorber todo, lo que se suma a que han contratado bastante producto desde China", añade.
"Por todos estos factores, pese a que las cebollas están muy baratas, los congelados no están comprando todo el producto que se esperaría este año. No obstante", destaca, "estos precios tan bajos en campo no significan que no haya demanda en el mercado del producto terminado, porque ocurre todo lo contrario, como estamos viendo en Agorreta".
"Nuestra zona de producción en el norte de España, frío y con mucho viento, hace que obtengamos un producto de muchísima calidad y la cebolla de Navarra está siendo cada vez más apreciada por nuestros clientes en los mercados europeos, así como en otros países no pertenecientes a la UE", asegura Guillermo.
"En la SAT hemos realizado una notable modernización en nuestras líneas, con la instalación de una nueva clasificadora con visión óptica con el fin de garantizar al cliente que el producto que le llega no solo es de la máxima calidad sino una cebolla perfecta. Además de implementar esta nueva tecnología por la calidad, hemos incrementado nuestra capacidad de envasado y calibrado, hasta duplicarla, como nos exige la alta demanda que estamos teniendo desde Europa", concluye.
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