La persistente sequía en Marruecos ha reducido drásticamente la demanda de plantas frutales. Driss Bouhri, viverista afincado en Mequinez, afirma: "La demanda está en caída libre año tras año, y seguimos sin ver la luz al final del túnel".
Bouhri, gerente y propietario de Pépinière Bouhri, añade: "La demanda de frutales nunca ha sido tan baja como este año. Los productores de las regiones afectadas por la sequía están abandonando muchos cultivos, como las manzanas y las uvas de mesa, cuyos pedidos han caído casi un 90% en comparación con un año normal. Todas las frutas se ven afectadas, incluidas las uvas de mesa, las frutas de pepita y los cítricos. En conjunto, nuestras ventas en el sector frutícola han bajado un 80% respecto a un año normal".
El viverista prosigue: "Hablamos de las regiones de Oriente, Agadir, Marrakech, Errachidía, Dukkala... La demanda de plantas frutales de estas regiones es descendente desde hace diez años".
Según Bouhri, los productores, en particular los pequeños agricultores, han sustituido sus pedidos de plantones de frutal por otros cultivos que requieren menos agua, en particular el olivo y el almendro, cuya demanda de plantones ha aumentado en los últimos años.
Según una declaración anterior del entonces ministro marroquí de Agricultura, Mohamed Sadiki, las reservas de agua del país solo bastan para regar 400.000 hectáreas de cultivos de otoño e invierno esta temporada, frente a las 800.000 hectáreas de un año medio. Con excepción de la región de Lucus (noroeste del país), todas las regiones de Marruecos sufren un estrés hídrico constante y persistente.
A pesar de las recientes lluvias de los dos últimos meses, Bouhri se mantiene sobrio en sus expectativas: "La capa freática está agotada y apenas hay nieve. Necesitamos muchas precipitaciones durante varios años sucesivos para que el engranaje de la producción frutícola vuelva a funcionar".
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Driss Bouhri
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