Greenyard registró un aumento de las ventas netas en términos comparables del 6,1% (152,7 millones de euros), lo que sitúa el total de ventas netas en 2.641,0 millones de euros. Este crecimiento se debió a un aumento del 2,4% gracias a medidas compensatorias de la inflación, un incremento del 2,9% de los volúmenes en el segmento de productos frescos y un aumento del 0,8% de las ventas de servicios y recargas de transporte. El ebitda ajustado se elevó un 4,6%, hasta 94,4 millones de euros. Sin embargo, el resultado neto de 1,2 millones de euros se situó por debajo del nivel del año anterior, afectado por los costes de reestructuración, el aumento de las amortizaciones y la ausencia de ganancias por la venta de inmovilizado material registradas el año anterior.
Se logró una reducción significativa tanto de la deuda como del ratio de apalancamiento, que pasó de 2,39x a 1,92x en términos interanuales. Esta mejora se vio impulsada por un mejor flujo de caja operativo y una mejor gestión del capital circulante neto, a pesar de retos como el aumento de los niveles de existencias, la adquisición de Crème de la Crème, un programa de recompra de acciones y el pago de dividendos. Greenyard comunicó avances en sus informes ESG y CSRD, con un aumento del uso de energías renovables hasta el 64%, lo que garantiza que la empresa cumpla sus objetivos de reducción de CO₂. El grupo sigue en camino de alcanzar el 100% de reciclabilidad en sus envases. Greenyard reafirmó su ambición de alcanzar los 5.400 millones de euros en ventas y un ebitda ajustado de 200-210 millones de euros para marzo de 2026.
En el segmento de productos frescos, las ventas netas en términos comparables crecieron un 6,5%, hasta 2.164,3 millones de euros, debido principalmente al aumento de los volúmenes y de los ingresos procedentes de las Relaciones Integradas con los Clientes (ICR). Esto elevó las ventas de ICR del 78% al 79% de los ingresos del segmento fresh. Sin embargo, el ebitda ajustado del segmento fresh experimentó un ligero descenso de 0,3 millones de euros, o un 0,6%, debido al aumento de los costes laborales de clasificación y envasado. En el segmento long fresh, las ventas en superficie comparable aumentaron en 20,4 millones de euros, hasta 476,7 millones, lo que refleja un incremento del 4,5%. Este crecimiento se atribuyó a la anualización de las medidas de mitigación de la inflación, especialmente en los productos congelados. Sin embargo, un descenso del 4,3% en los volúmenes, debido a las menores ventas en el canal food service para congelados y a la reducción de los volúmenes de verduras en el segmento preparados, contrarrestó parcialmente estas ganancias. El margen ebitda de Long Fresh mejoró del 8,2% del año pasado al 8,6%.
Francis Kint, consejero delegado de Greenyard, se refirió a los resultados de la empresa y destacó que, tras superar dos años difíciles marcados por una inflación sin precedentes, Greenyard había logrado unos sólidos resultados operativos en el primer semestre del ejercicio fiscal 24/25. Las ventas netas aumentaron y el ebitda ajustado se incrementó. Las ventas netas aumentaron y el ebitda ajustado mejoró, gracias al crecimiento sostenido del volumen en el segmento de productos frescos y a unos precios óptimos tanto en productos frescos como en productos frescos largos. De cara al futuro, la empresa se prepara para el próximo ejercicio abordando los negocios de bajo rendimiento y reduciendo los gastos generales en divisiones específicas. Kint también señaló que sigue centrándose en las mejoras operativas. "El futuro de la alimentación encaja perfectamente con nuestra actividad principal y, gracias a la agilidad de nuestro personal y nuestras operaciones, estamos bien posicionados para ayudar a nuestros clientes y agricultores a ampliar el consumo de alimentos puramente vegetales", afirmó.
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Cedric Pauwels
Greenyard
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