A pesar de que la cosecha de la patata alavesa comenzó a mediados del pasado mes de agosto, las insistentes lluvias caídas a lo largo de los últimos meses han ocasionado que la campaña de recolección se haya alargado más de lo esperado.
"Hasta la fecha, faltarían por recoger algo menos de 1.000 toneladas; es decir, un 7,5% de las hectáreas que producimos entre la patata de siembra y la de consumo", explica Jon Legorburu, técnico de campo de Udapa.
Con todo, la cooperativa alavesa espera quedarse un poco por debajo de esas 13.000 toneladas que había estimado recoger en un principio. "Ya hemos almacenado cerca de 12 millones de kilos de los cuales 10 millones se comercializarán como patata de consumo, mientras que las cerca de 2.000 toneladas restantes se utilizarán como patata de siembra certificada en la próxima campaña", apunta Legorburu.
Pese a que están a un paso de finalizar con la recolección, desde la cooperativa no dejan de mirar al cielo. "Ahora el mayor hándicap con el que nos encontramos es el de conseguir un buen lavado de la patata, ya que las condiciones de arranque han ido empeorando semana tras semana debido a las reiteradas lluvias, de manera que los tubérculos que estamos recibiendo en estos últimos días tienen mucha tierra pegada", comenta Legorburu.
Aun así, desde Udapa se muestran satisfechos con la cosecha obtenida, puesto que, según sus técnicos, "la calidad del producto está siendo muy buena, y tanto el tamaño del tubérculo como el color de su piel son comercialmente adecuados".
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