"Si los pronósticos de cosecha ya eran bajos de por sí, al final se recogieron aún menos volúmenes", comenta Tony Derwael, de Bel'Export, una empresa belga que cultiva y comercializa un amplio surtido de frutas y hortalizas, acerca de la cosecha belga de fruta de pepita. "Ha sido decepcionante", añade.
Al principio de la temporada, los productores obtuvieron buenos precios en campo, rondando los 0,65 €/kg, por lo que Derwael prevé que más adelante se puedan alcanzar precios de cerca de 1,00 €/kg, lo suficiente para cubrir los costes de almacenamiento.
Sin embargo, Italia podría ser un fuerte competidor, advierte Derwael. "Italia ha tenido un aforo de cosecha normal, acorde con su superficie cultivada y duplicando el del año pasado, de aproximadamente 400.000 toneladas. Por tanto, está bien presente en el mercado y, naturalmente, quiere recuperar el mercado alemán que el año pasado tuvo que dejar a otros países productores".
Derwael atribuye la decepcionante cosecha belga a las intensas lluvias durante la floración, que creó las condiciones idóneas para que se extendiera la bacteria Pseudomonas. "Incluso con pequeñas diferencias de temperatura o humedad, este tipo de bacteria se manifiesta de forma completamente distinta", explica. "Esa fue probablemente la diferencia entre Bélgica y los Países Bajos".
Según el comerciante, las variedades club tienen un papel destacado en Bélgica, donde la superficie cultivada de manzanas y peras se mantiene estable. Sin embargo, Derwael duda de que haya espacio para las aproximadamente 40 variedades de manzanas bicolores que recientemente se han introducido en el mercado. "Creo que estamos equivocándonos. Yo mismo tengo dificultades para distinguir todas esas variedades, y es mi trabajo. Para los consumidores será casi imposible ver la diferencia entre una y otra variedad", señala Derwael, que cree que las "cuatro grandes" variedades (Golden Delicious, Gala, Elstar y Jonagold) seguirán siendo las protagonistas del mercado europeo en el futuro próximo.
También observa obstáculos a nivel mundial, como las interrupciones del tráfico marítimo en el mar Rojo provocadas por el conflicto bélico, que están dificultando las exportaciones a países asiáticos. Además, Derwael se muestra preocupado por el aumento de los costes de maquinaria, recursos y, sobre todo, los salarios en los Países Bajos.
A pesar de los desafíos, cree que hay margen para un precio al consumidor de alrededor de 2 €/kg, que sería un valor razonable para todos los eslabones de la cadena.
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Tony Derwael
Bel'Export
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