El kiwi francés ha entrado en un mercado que este año sigue bien abastecido por la fruta de origen neozelandés. Ha sido una transición difícil, pero que debería intensificarse esta semana con el final de la campaña holandesa: "Hasta ahora, ha habido muy pocos cambios porque los retailers estaban atados a sus compromisos con el kiwi neozelandés. Pero los volúmenes franceses han sido bastante marginales hasta ahora. El 6 de noviembre fue la fecha oficial de inicio de la campaña, y los kiwis tempranos llevaban en el mercado desde el 20 de octubre aproximadamente. Con el fin de la campaña neozelandesa, las ventas de kiwi francés deberían reactivarse durante las dos próximas semanas", informa Alexandre Cancel, de Vergers Cancel. La temporada neozelandesa ha sido particularmente larga este año: "Tanto para el kiwi verde como para el amarillo, Nueva Zelanda ha prolongado mucho la temporada este año con grandes volúmenes. Normalmente tenemos un intervalo de dos o tres semanas entre ahora y el inicio de la temporada europea, lo que nos permite colocar nuestros kiwis franceses, pero este año hemos podido enlazar directamente".
Un 35% menos de volúmenes este año: un balance mucho más pesimista de lo previsto
Otra característica de la temporada ha sido una caída significativa de los volúmenes, incluso mayor de lo previsto. "En la fase previa a la cosecha, habíamos estimado las pérdidas de rendimiento entre un 15% y un 20%. Sin embargo, hemos terminado la cosecha con un descenso del 35%, con unos volúmenes de en torno a 6.500-7.000 toneladas, frente a las alrededor de 10.000 toneladas el año pasado. Es un déficit que no esperábamos en absoluto. Así pues, este año con más razón, los productores esperan mucho de sus productos en términos de valor añadido para compensar esta pérdida de rendimiento. Tenemos que obtener buenos resultados en términos de ventas. Pero tengo la impresión de que toda Europa sufre esta falta de volumen, salvo quizá Grecia, que parece haber tenido una buena temporada. Así pues, no deberíamos sentirnos abrumados por la producción europea, aunque tengamos que hacer frente a las importaciones de Italia, Portugal y Grecia, que pueden tentar a los distribuidores franceses del segmento de primeros precios", explica Cancel.
Calidad con alto contenido de azúcar y buena conservación
Esta pérdida de volumen se explica por varios factores: "La falta de frío este invierno ha sido, evidentemente, un factor importante, pues hemos tenido menos brotes en primavera y el mal tiempo durante la floración ha provocado la pudrición de algunas flores. Pero también hay un fenómeno de asfixia radicular que ha sido el responsable del declive de las plantaciones. Es un fenómeno del que todavía no sabemos mucho, que nos cuesta controlar y que está afectando a toda Europa". En cuanto a la calidad, sin embargo, nada ha cambiado, y Alexandre Cancel está tan satisfecho como siempre: "La calidad es verdaderamente buena. Tenemos un producto excelente, con un alto contenido de azúcar, y la cosecha se ha llevado a cabo en buenas condiciones. La fruta va a mejorar en las cámaras frigoríficas y no deberíamos tener problemas en materia de conservación".
Un ambicioso programa de replantación
Para hacer frente a la disminución de las superficies y seguir satisfaciendo la demanda, Vergers Cancel emprendió hace dos años un programa de replantación. "Hace ocho o diez años, podíamos alcanzar las 30-35 t/ha. Hoy en día, con el envejecimiento de la plantación, estamos en una media de 20-25 t. Hemos emprendido y completado un importante programa de replantación que abarca 200 hectáreas en los últimos cinco años, y continuamos nuestro impulso con ambiciosos planes para los próximos tres. Estos nuevos campos aumentarán significativamente nuestros volúmenes a partir de la cosecha de 2025. En cuanto a las variedades amarillas, seguimos avanzando, con 55 hectáreas previstas para 2025, con el objetivo de aumentar la producción en 1.500 toneladas para 2028. Por último, para las variedades rojas, alcanzaremos 800 toneladas en 40 hectáreas cultivadas de aquí a 2028", adelanta Cancel.
Análisis de ADN para combatir la falsificación
Los productores franceses de kiwis depositan sus esperanzas en una nueva herramienta recientemente desarrollada para combatir el problema del etiquetado como franceses de kiwis que no lo son. "Se trata de una tecnología basada en el estudio del ADN, que es el carné de identidad de la fruta, y permite determinar dónde se ha cultivado. Es una herramienta fiable al 99%, que podría ayudar a contrarrestar el fenómeno de la falsificación, sobre todo en años como este, en los que hay escasez. Se trata de una verdadera ventaja para el sector.
Fotos: Vergers Cancel
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