La producción turca de limones ha experimentado un retroceso en comparación con la temporada pasada. Mustafa Arslan, propietario de la exportadora turca MDA Agricultural Products, afirma: "Desgraciadamente, debido al cambio climático, entre otros motivos, la producción turca de limones ha disminuido aproximadamente entre un 25% y un 27% en comparación con el año pasado. Otra causa de esta merma productiva es el hecho de que la demanda de limones turcos ha sido menor este año, además de que se ha notado el efecto de no cosechar los limoneros durante mucho tiempo".
Tras una época devastadora en términos de demanda, Arslan cree que se avecinan tiempos mejores para los exportadores de limones. "Aunque actualmente no hay una demanda muy excesiva de limones en los Balcanes, Europa central y Europa occidental, parece que lo peor ya ha pasado. La ventana de exportación de limones de la variedad Meyer durará unos 40-45 días, hasta el 10 de enero. Nuestro limón Lamas no será el preferido para la exportación porque los precios de esta variedad son bajos. En su lugar, los agricultores podrían optar por almacenarlos porque son unos limones que se conservan bien, especialmente en climas fríos. El mayor problema ante el descenso de la producción son las diferencias de precio entre los exportadores que ofrecen un envasado de calidad y los que no lo hacen. Por desgracia, los proveedores que lo sufren ven disminuir su margen de beneficios. Pero con todo, los países europeos son los compradores más importantes de limones turcos, entre ellos Rusia y Ucrania", explica Arslan.
Según señala, es inevitable que los limones turcos presenten problemas de piel. "La sequedad del verano y la inestabilidad meteorológica que vino después durante la floración han menguado el rendimiento y la calidad del producto. No hay medios eficaces para combatir las enfermedades, lo que provoca que la piel de los limones desarrolle manchas. Las prácticas en materia de plaguicidas y productos químicos se llevan a cabo respetando los límites máximos de residuos que exige la UE, pero, desgraciadamente, pensamos que los mercados europeos deberían ser más laxos y comprensivos con las manchas de la piel cuando se trata de productos limpios y sanos", manifiesta el exportador.
La situación es tan grave que Arslan considera que, hoy por hoy, los limones turcos no pueden competir en el mercado. "Egipto, que está creciendo y mejorando su calidad, es nuestro rival más fuerte. Mientras en España se quejaban de los precios de nuestro limón, nosotros teníamos que vender mandarinas a precios más altos que ellos. Como Turquía, de momento no competimos con nadie. Nos enfrentamos a un aumento de los costes derivados de la alta inflación. Tenemos que cosechar nuestra producción y, en última instancia, exportarla. En consecuencia, necesitamos nuevos mercados para el limón turco. Hemos perdido nuestra competitividad con el aumento de los costes de envío y mano de obra en los mercados de Estados Unidos, Canadá y Extremo Oriente, pero creemos que la recuperaremos en el futuro. Intentaremos hacerlo lo mejor posible con las actuales condiciones socioeconómicas".
Eso sí, Arslan cree que se avecinan tiempos mejores: "Hemos dejado atrás un periodo muy difícil, sobre todo los meses de octubre y noviembre. Creo que la demanda de cítricos aumentará, al menos parcialmente, con la llegada del frío. No solemos aumentar la oferta ante el crecimiento de la demanda. La temporada de limones acaba de empezar con la variedad Lamas. Creo que los precios exigidos por los limones de calidad se estabilizarán después del nuevo año, cuando haya otras variedades disponibles".
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Mustafa Arslan
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