"Si hablamos de papayas, nos centramos sobre todo en la variedad Formosa. Hay otras variedades con distintas formas y tamaños, entre ellas la Golden, que si bien es claramente más pequeña, es igual de buena. Solo importamos estas frutas por vía aérea porque creo que transportarlas de otra forma no permite apreciar su calidad. Llevo mucho tiempo insistiendo en esto, desde que empecé en el sector, al darme cuenta de que el transporte marítimo no era adecuado. Desde que adoptamos el transporte aéreo, es una decisión que cada año tiene más sentido", afirma Stefano Achilli, director de categoría de Alimentari Ortofrutticoli ABC.
"Actualmente, hemos llegado a un punto en el que la oferta de papaya, y también de otras frutas exóticas, supera a la demanda, y no solo en Italia, sino también en Europa en general. Hay más oferta que demanda, sobre todo este mes, porque las ventas y el consumo son bajos. Al ser una fruta exótica o superexótica, la papaya se considera un extra que no es esencial en la dieta de las familias, que pueden contar fácilmente con manzanas, peras, naranjas o bananas. Así que, en estos momentos, todos los productos exóticos sufren un bajo consumo", explica.
"La variedad de papaya Formosa procede de Brasil, al igual que la Golden. Brasil es el origen más apreciado en Europa, pero también hay muchos otros países que producen papayas, y desde hace unos años también Italia. Sin embargo, Brasil tiene una importante ventaja por sus menores costes de envío, lo que le permite mantener unos precios competitivos", señala Achilli. "Llevo unos 21 años dedicado a la venta de papaya y puedo garantizar que el elevado precio de la fruta no se debe a los productores brasileños, sino a los costes del transporte aéreo, los peajes, los controles fitosanitarios y otros gastos como las aduanas, que pueden incrementar significativamente el precio final. Los controles fitosanitarios pueden exigir que la fruta permanezca en cámaras frigoríficas entre 3 y 5 días, lo que añade costes significativos. Solo el transporte aéreo representa alrededor del 50% del coste total de la papaya vendida en Italia", afirma. Según el responsable de la categoría, puede resultar casi imposible importar esta fruta de otros países debido a los elevados costes del transporte aéreo.
"En cuanto a la papaya, en los países de origen algunos productores se han enfrentado a problemas de plagas, y se han visto obligados a cerrar sus plantaciones y desplazarse unos 400-500 kilómetros para reanudar el cultivo en años posteriores. Pero es un problema que solo ha afectado a unos pocos. Por ejemplo, tenemos un proveedor que envía papaya de Brasil todas las semanas, a pesar de los problemas estacionales. En noviembre, la calidad de la fruta mejoró y debería seguir siendo muy buena hasta finales de año o mediados de enero, gracias a la producción de otras zonas", prosigue Achilli. "Sin embargo, en otras zonas hubo problemas debido a las fuertes lluvias, que inundaron los campos. Cuando llueve tan intensamente durante días o semanas, la fruta se estropea o enferma, lo que hace imposible una cosecha de calidad y, por tanto, no se exporta. No obstante, teniendo en cuenta el bajo consumo actual, no faltarán papayas para las Navidades".
Degustaciones en supermercados
"Organizamos actividades promocionales para invitar al público a probar la papaya. Hace poco hicimos una en Roma y ahora ampliamos nuestra iniciativa a 60 puntos de venta de Apulia. Nuestro objetivo es promover el consumo de papaya cuando está en su punto justo de maduración y lista para ser disfrutada", señala Achilli. "Pero uno de los problemas que encontramos es que los departamentos de frutas y verduras de algunos supermercados no suelen estar bien gestionados. Nos hemos comprometido a proporcionar orientación sobre cómo mejorar la gestión de las frutas exóticas, haciendo hincapié en la forma correcta de venderlas. Sería sensato que los supermercados, en lugar de desechar la fruta que no se vende inmediatamente y empieza a perecer, habilitaran un rincón especial para ofrecerla a precio rebajado. Esto permitiría a las personas con un presupuesto ajustado probar una papaya que, aunque muestra algunas imperfecciones externas, sigue siendo buena por dentro. Un planteamiento así reduciría el desperdicio y daría más oportunidades de conocer y apreciar la papaya", opina el director.
"Evitar el desperdicio de alimentos significa reducir los residuos y también el coste adicional de su eliminación. El objetivo es devolver el valor a los productos", concluye Achilli.
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