A medida que los agricultores van pudiendo acceder a las explotaciones, el sector agrario de la Comunitat Valenciana está en mejores condiciones de calibrar el devastador impacto de la DANA. Así, cuando se cumple un mes del trágico 29 de octubre, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) eleva sus valoraciones económicas a 1.379,4 millones de euros en pérdidas. Los principales factores que incrementan en 290 millones el primer balance de la organización son el mayor conocimiento de los destrozos en las infraestructuras, especialmente en las entidades de riego, una merma superior a la inicialmente prevista en las cosechas y la inclusión de daños en más hectáreas de cultivo y municipios afectados, sobre todo de Castellón por los dos periodos de lluvias torrenciales los días 30 de octubre y 13 de noviembre en la provincia.
La sucesión de lluvias, inundaciones, pedriscos y tornados provocó daños catastróficos en un total de 50.184 hectáreas agropecuarias de doce comarcas de Valencia (40.223 ha) y tres de Castellón (9.961 ha).
Siempre según la evaluación actualizada de AVA-ASAJA, los daños en infraestructuras ascienden a 729 millones, siendo el capítulo que más pérdidas concentra dentro del ámbito agrario. Destacan los desperfectos, por valor de 300 millones, en las infraestructuras de riego.
Otro apartado que aumenta las pérdidas conforme transcurren los días es la producción pendiente de recolectarse, ya que los daños directos ya sobrepasan los 322 millones. Los cítricos, con 212 millones de pérdidas en 21.993 ha, constituyen el cultivo más perjudicado. Además de las cosechas que se perdieron el mismo 29 de octubre a causa de las distintas adversidades climáticas, los citricultores detectan un creciente número de naranjas y mandarinas que pierden su valor comercial e incluso caen al suelo por la excesiva humedad. AVA-ASAJA calcula que la DANA reducirá en torno al 15% la producción citrícola de la Comunitat Valenciana (más de 300.000 toneladas), una cantidad que, aun siendo importante, no impide al sector seguir garantizando un suministro de fruta suficiente para cubrir los mercados europeos, pero que ya se está traduciendo en un repunte de los precios en origen por la menor oferta.
El kaki es otro cultivo que registra pérdidas considerables, de 64 millones. En este caso, la producción autonómica de kaki se ha visto mermada en un 60%, lo que genera graves dificultades para atender los mercados y dispara las cotizaciones. Las hortalizas de temporada (38 millones) y el aguacate (8 millones) también sufren las consecuencias del temporal.
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