El ajo argentino enfrenta una etapa crítica en el mercado global. Las variedades como spring blanco, spring violeta, ajo rojo, blanco perla y elefante son el corazón de esta industria, que mantiene mercados clave como Estados Unidos, Brasil, España y México. Sin embargo, factores como la economía argentina, las condiciones meteorológicas y las regulaciones fitosanitarias están moldeando un escenario complejo y desafiante.
"La reciente eliminación del requisito de tratamiento con hidracida maleica para la exportación a México abre nuevas oportunidades para diversificar los mercados", cuenta Jorge "Lito" Olivera, gerente general de Servicios y Soluciones Inteligentes S.A. "Esta medida permitirá reducir costos y tiempos, facilitando un acceso más competitivo al mercado mexicano", destaca.
El panorama económico en Argentina, sin embargo, impone fuertes limitaciones. "Nuestros costos en pesos han subido drásticamente, mientras que el dólar ha bajado. Esto nos resta competitividad frente a países como Perú y Chile", explica Olivera. "En este contexto, el precio mínimo para que la exportación sea rentable se sitúa en 30 dólares por una caja de 10 kilos de ajo, una cifra que refleja el impacto de los aumentos en mano de obra y energía".
En cuanto a producción, la campaña de 2023 enfrentó una merma de hasta el 30% debido a condiciones meteorológicas adversas, lo que afectó tanto al tamaño como a la cantidad de los ajos. A pesar de esto, Olivera subraya: "Todo el ajo se conserva en cámaras de frío a -2 °C, lo que nos permite extender la temporada hasta julio o agosto, sin comprometer la calidad".
La competencia también juega un papel crucial. "España, como segundo mayor exportador mundial de ajo, enfrenta su propia recuperación tras pérdidas significativas en 2022. Mientras tanto, países como Brasil y Chile presentan ventanas de cosecha similares, aumentando la presión sobre los exportadores argentinos", indica Olivera.
"En términos de proyección, esperamos un envío de entre 200 y 250 contenedores para la campaña actual, aunque las dificultades logísticas complican el panorama. La falta de contenedores refrigerados y los altos costos de transporte son obstáculos adicionales que debemos superar", sostiene.
A pesar de estos retos, Olivera es optimista sobre el futuro: "El mercado recompensará a quienes trabajen con calidad y eficiencia. Hemos implementado riego presurizado y por goteo para optimizar los recursos y mantenernos competitivos. Sin embargo, la incertidumbre económica sigue siendo un obstáculo para el sector. Nos gustaría trabajar con menos incertidumbre, pero la oferta y la demanda son las que dictan las reglas en este mercado", concluye Olivera.
Para más información:
Jorge "Lito" Olivera, gerente general
Servicios y Soluciones Inteligentes S.A.
Valle de Uco, Argentina
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