El cultivo de papaya, también conocida como mamón, atraviesa una crisis en Argentina a causa de la baja demanda. En el mercado interno se consumen 8 millones de kilos anuales, pero este año se prevé que el consumo se reduzca a tan solo 6 millones. Los precios que paga la industria por esta fruta tropical se desplomó de $150 por kilo hasta $80 en algunos casos, por la sobreproducción de este alimento que hay en el país, mientras en los supermercados el precio por kilo de la fruta fresca se acerca a los $4000. Ante este escenario, los productores han comenzado a destruir las plantas y sembrarán otros cultivos en su lugar.
"Es una lástima, porque están sin un fin; es un producto que puede servir de alimento para muchísima gente. No tengo dónde colocarla y nadie me paga el trabajo de ir a cosechar y llevarla al mercado. Nadie lo compra acá. Ahora la gente está desmotivada, porque no puede vender, no tiene fecha de precio. El próximo año la gente va a dejar de plantar. Como productor creo que debería haber una forma, una ventana de exportación. Ahí está el secreto", explica Cristian Nickel, un productor agropecuario del municipio de Colonia Aurora, en la provincia de Misiones.
Luis Scholze es un productor de la zona que destruyó más de 10.000 plantas hace unos años por la caída del precio de esta fruta. Destinó esas hectáreas a la producción del tabaco, que se ha convertido en una plantación rentable. "El mamón no conviene. Ahora lo estamos vendiendo a $80 el kilo, es una vergüenza, no hay cómo plantarlo. El problema es que no tenemos quién lo compre; cuando hay mucha producción no vale nada el producto y cuando falta te incentivan a plantar y después cuando hay superproducción no hay forma de venderlo", precisa. "Lo que pasa con el mamón es que un año es rentable y otro año no vale nada", apunta.
En lo que va del año, Argentina ha importado 331 toneladas certificadas de papaya de la fruta fresca para consumir, provenientes de Brasil, México y Taiwán.
Fuente: lanacion.com.ar