Como si la sequía y la lluvia no fueran suficientes, las exportaciones brasileñas de lima sufren ahora retrasos de hasta 38 días en los envíos. Sérgio Negrão, director general y cofundador de la exportadora Jagrao Brazil, manifiesta: "Después de una larga y grave sequía, ahora tenemos suficiente lluvia. En Brasil, hemos sufrido por la sequía, y ahora sufrimos por la logística marítima".
Los productores brasileños de lima dicen estar muy contentos de volver a ver barro en sus campos tras un largo periodo de sequía.
Negrão destaca que se sienten muy aliviados de que llueva. "En la tercera semana de noviembre, después de una larga y grave sequía, empezó a llover mucho aquí, en el estado de São Paulo. Y sigue lloviendo tres o cuatro veces por semana, lo cual es estupendo. Los ríos, lagos y embalses están volviendo a sus niveles normales".
Sin embargo, dice, aunque las precipitaciones actuales son buenas, la producción brasileña de lima se verá afectada por la sequía y se esperan volúmenes menores el año que viene. "Las limas también han notado los beneficios de la lluvia, pero este año la cosecha no será como la de otros años. La producción de principios de año se reducirá a la mitad en 2025, lo que podría aumentar los precios aquí en Brasil y quizás mantener los precios en niveles medios en Europa".
Retrasos de 38 días en los envíos
Negrão afirma que ahora son los retrasos en los envíos los que les complican la vida. "Lo que les ha complicado mucho la vida a los productores son las compañías navieras. Los retrasos de los barcos se han debido principalmente a la congestión de los puertos europeos. Esto repercute directamente en la salida del barco del puerto de origen, así como en la llegada de la carga al de destino. Las navieras están trabajando con estrategias de transbordo para minimizar aún más el impacto en los puertos europeos, pero, como resultado, los tiempos de tránsito acaban aumentando. Por ejemplo, para los envíos a Londres, el tiempo de tránsito es de una media de 16 días, pero está llegando a los 38 días; lo que sería un envío directo, ahora hace transbordos en dos puertos: Róterdam y Tanger Med. Solo en los transbordos, la fruta está parada una media de 12 días. Esto es terrible para la calidad de la fruta. Otro problema es que los retrasos de los barcos restan ventas en fechas concretas, como las fiestas de fin de año. Peor aún, estamos en manos de las navieras y no se puede hacer nada".
Como consecuencia de los retrasos, se espera que varios buques procedentes de Brasil lleguen a Europa durante la misma semana, la de Navidad. "Varios barcos llegarán juntos la semana que viene. Esto siempre afecta a los precios y a las ventas. Nuestros clientes son conscientes, pero los retrasos de las navieras son tan imprevisibles que nos dejan a todos en una mala situación. Los clientes no están contentos, pero saben que no hay que culpar a los agricultores", concluye Negrão.
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Sérgio Negrão
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