2024 está terminando y vuelve a reflejar un buen año para el sector de la patata. Tanto es así que está surgiendo interés de los agricultores en el cultivo de la patata, en detrimento de otros productos. No obstante, 2025 vuelve a plantear el desafío de 2024: la limitada disponibilidad de semillas con una demanda incluso más alta.
"Estamos cerrando un año generalmente bueno para la patata, con una media de precios altos y buenos para el sector, aunque cabe recordar que se han vivido momentos de tensión en el mercado por la escasez de oferta en momentos determinados y, sobre todo, por la baja disponibilidad de semillas al inicio de 2024", recuerda Juan Manuel Coello, director comercial de Patatas Meléndez, que en estos momentos se abastece principalmente de patatas de Francia, así como de producto almacenado de la cosecha de Castilla y León.
"Venimos de varias campañas de patata muy positivas y esto está animando a muchos agricultores a querer plantar más, e incluso a cambiar otros cultivos por el de la patata. No obstante, en estos momentos en los que estamos ya planificando la campaña de patata temprana en Andalucía y Murcia, nos encontramos ante el reto de la baja disponibilidad de semillas, como ya sucedió en la campaña pasada", indica.
"Sin duda, no hay mejor indicador de que el sector de la patata goza de buena salud que ver el ánimo de los agricultores para sembrar, pero la limitada oferta de semillas es preocupante. Estas semillas proceden especialmente de Países Bajos, Bélgica, Alemania o Francia, donde los agricultores encuentran cada vez más riesgos a la hora de cultivar patatas de siembra por las adversidades climáticas", explica Juan Manuel Coello. "Así pues, además de encarecerse el precio de las semillas, nos veremos obligados a plantar menos cantidades de las variedades que queremos y plantar otras variedades alternativas", añade.
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