Tras meses de debates, primero en el Parlamento Europeo y después entre los Estados miembros en el seno de la Comisión Europea, el 16 de diciembre pasado se adoptó el reglamento europeo de envases, que permitirá por fin establecer un marco claro para la normativa francesa.
Una transición ya en marcha
El sector de la patata fresca no ha esperado a estos avances para desarrollar soluciones concretas de envasado sostenible. Florence Rossillion, directora general del CNIPT, señala que "desde el principio, el sector de la patata ha manifestado que comparte las ambiciones del Gobierno francés en materia de reducción de los envases de plástico. El sector ha mostrado su compromiso en un momento en que las unidades de venta para volúmenes inferiores a 1,5 kg son cada vez más populares entre los consumidores, ya que les permiten comprar la cantidad justa y evitar el despilfarro".
Anticipándose a la prohibición de los envases de plástico para frutas y verduras frescas que entró en vigor en 2020, el sector ha trabajado duro para encontrar alternativas viables. Desde entonces, los envasadores de patatas han invertido masivamente en soluciones de envasado sostenibles: bolsas de papel kraft o cartón con certificación FSC, envases reciclables, etc. Innovaciones que reducen significativamente la huella del plástico, al tiempo que garantizan la calidad y la conservación óptima del producto.
A pesar de todo, "debe haber excepciones"
La cosecha de primavera, compuesta principalmente por patatas tempranas cosechadas antes de que estén completamente maduras, debe consumirse rápidamente. Los tubérculos de este cultivo específicos de ciertos territorios son especialmente delicados y frágiles. Deben tratarse como verduras frescas, ya que les afectan el aire y la luz. Los envases de plástico para estas patatas ayudan a evitar que se estropeen en todas las fases de la comercialización.
Las bolsas para microondas no pueden considerarse simplemente "envases". Los fabricantes y operadores del sector han desarrollado estas bolsas altamente técnicas para las que actualmente no existe alternativa al plástico, con el fin de soportar la presión del vapor generado por la cocción de las patatas. Su uso es seguro y fomenta el consumo de patatas frescas, sobre todo entre los más jóvenes, lo que contribuye a una alimentación sana. Se ofrecen principalmente en unidades de venta de menos de 1,5 kg, ya que su presentación no puede ser demasiado voluminosa y sus calibres deben permitir una cocción homogénea.
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