Si bien el consumo de cítricos ecológicos se mantiene relativamente estable en los últimos dos años, los productores se enfrentan a desafíos como el severo encarecimiento del producto derivado de la aparición de cada vez más certificados diversos exigidos por las cadenas europeas que pueden crear confusión en los consumidores y afectar a las ventas. Así lo explica Alberto Torres, gerente de la empresa valenciana Citruslandia, especializada en la producción de clementinas y mandarinas ecológicas.
Alberto Torres en su finca de Nadorcott bío de Sagunto (Valencia).
"Tras un tiempo en el que la demanda de cítricos ecológicos bajó tras la pandemia, en las dos últimas campañas venimos teniendo ventas estables, si bien ha habido alguna disminución en ciertas cadenas", recuerda Alberto Torres. "No obstante, las ventas pueden estancarse si continúan incrementándose los costes, principalmente por la proliferación de certificados y sellos bío exigidos por las diversas cadenas de distribución de distintos países. Esto ya roza lo ridículo, parece una parodia", advierte Torres.
"Hablamos sobre todo de certificaciones extra, más allá del sello europeo de producción ecológica, de Global GAP, GRASP o eSpring. Nos estamos encontrando con una especie de 'guerra de certificaciones' que están 'asfixiando' a los productores, debido a la inversión en infraestructuras, auditorías y, en definitiva, al desembolso económico que esto supone y que termina por encarecer el producto", señala Torres. "Creo, además, que estamos confundiendo al consumidor final con tanta diversidad de sellos y esto puede afectar al consumo".
De hecho, de acuerdo con Torres, la oferta de cítricos ecológicos está concentrándose cada vez más. "Hemos visto a muchos operadores pequeños dedicados a la producción y comercialización de naranjas y mandarinas bío ir desapareciendo, ya que cada vez es más complicado y hay que hacer las cosas muy bien para obtener márgenes de beneficio".
"La existencia de tantos certificados extra y barreras administrativas para mover las operaciones hacen que muchos operadores desistan, al no tener capacidad suficiente para hacer frente a todo esto. Es muy evidente que, hoy en día, quien no disponga de entre al menos un 40-60% de producción propia y volúmenes significativos, no puede competir", sostiene Torres. "Además, observamos cómo va creciendo notablemente la oferta de mandarinas bío en Italia y en zonas más concretas como Córcega, en Francia".
Desde 1997, Citruslandia se especializa en la producción y comercialización de clementinas y mandarinas bío, de las cuales trabaja las variedades Oronules, Esbal, Clemenules, Tango, Nadorcott y Orri. Así mismo, cada vez va creciendo también en la producción de naranja bío.
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Alberto Torres
Citruslandia S.L.
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